Nicolás Cavigliasso y Valentina Pertegarini vencieron en Arabia Saudita en la categoría Challenger. Se suman a las victorias en cuatriciclos y motos.
Redacción EL ARGENTINO
Los 62 kilómetros de la última etapa del Rally Dakar fueron un trámite para Nicolás Cavigliasso y Valentina Pertegarini, quienes se llevaron el triunfo en la categoría Challenger, que es la reservada para los prototipos de los UTV o vehículos areneros.
Fueron los mejores en esa divisional y lo ratificaron este viernes en el que les alcanzó ser séptimos en la última etapa disputada en Shubaytah para imponerse en la clasificación general. Se trata del undécimo título que consigue Argentina en la carrera más dura del mundo.
El matrimonio cordobés llegó como candidato a pelear por la punta de la carrera luego de que Nicolás obtuviera el subcampeonato mundial de Rally Raid en dicha categoría y Valentina lograra el título entre los navegantes. A diferencia de otros años, esta vez los competidores de General Cabrera tuvieron su mejor preparación a lo largo de 2024 ya que disputaron toda la temporada del certamen ecuménico.
Para esta 47ª edición del Rally Dakar estrenaron un Taurus T3 Max atendido por el equipo BBR. Desde el inicio fueron referencia y su estrategia se basó en hacer la ventaja en la primera semana de carrera, que fue la más dura de las dos con las 48 Horas y 1.000 kilómetros, y las dos etapas maratón, esas en la que los competidores no tienen la asistencia de sus equipos y deben hacer las tareas de los mecánicos en medio del desierto.
Las tres victorias en etapas (la 1, la 3 y la 4), les permitió finalizar la primera semana con una diferencia de 29 minutos sobre su principal rival, el portugués Goncalo Guerreiro (Taurus). Una vez cumplido su objetivo de conseguir la punta y marcar una brecha que les diera cierta tranquilidad, encararon la segunda semana con un plan de carrera más mesurado, cuidando el auto y limitándose a terminar las etapas en las mejores posiciones posibles.
Fue el undécimo parcial disputado este jueves el que iba a liquidar gran parte de la historia y los problemas mecánicos que tuvo Goncalves, lo que le permitió a la pareja poder meterse casi en el bolsillo la victoria. Pero fueron respetuosos y hasta ayudaron al lusitano dándole el único bidón con cinco litros de agua que tenían al ver los problemas en el radiador que padeció.
Tampoco festejaron más allá de la alegría que tuvieron al llegar al campamento de Shubaytah, que fue el epicentro de los últimos tres días. Se los notó contentos por el deber cumplido, pero hicieron el honor a la frase de Juan Manuel Fangio: “Las carreras se terminan cuando se baja la bandera de cuadros”. Mantuvieron su humildad y eso les permitió encarar tranquilos los últimos 62 kilómetros cronometrados llevados a cabo este viernes en el Empty Quarter, el segundo desierto más grande del planeta detrás del Sahara.