Entre la historia y la urgencia, la lucha inquilina en provincia de Buenos Aires vuelve a las calles para disputar el sentido del acceso a la vivienda. En Gualeguaychú, corredores y organizaciones confrontan narrativas sobre inflación, privilegios y desregulación.
Por Sandra Insaurralde
El acceso a la vivienda en alquiler se ha vuelto uno de los principales focos de tensión social en Argentina. Tras la derogación de la Ley 27.551 y el DNU 70/2023, el mercado inmobiliario se desreguló, generando aumentos abruptos y una creciente desigualdad entre propietarios e inquilinos. En este escenario, organizaciones territoriales y actores del sector inmobiliario disputan cifras y responsabilidades. Los testimonios revelan consensos, refutaciones y matices en torno a una pregunta urgente: ¿quién puede alquilar hoy en Gualeguaychú?
La historia de la lucha inquilina en Argentina tiene raíces profundas. Desde la primera huelga inquilina del mundo en 1907 hasta el Movimiento de Inquilinos Peronistas en 1973, distintas generaciones han resistido para conquistar el derecho a una vivienda digna. Hoy, esa tradición se renueva en organizaciones que representan a inquilinos e inquilinas, visibilizando sus demandas, es el caso de “Inquilinos Organizado”, cuya sede se encuentra en provincia de Buenos Aires pero que agrupa a inquilinos de todo el país.
Frente a un mercado inmobiliario dominado por la especulación y una lógica rentista, estas agrupaciones decidieron organizarse. Denuncian la mafia inmobiliaria, impulsan acciones legislativas y judiciales, y colocan el problema del alquiler en el centro del debate público. Pero su fuerza no se limita a los despachos: también se expresa en las calles, donde se movilizan para hacerse oír sin intermediaciones ni resignaciones.
Desde “Inquilinos Organizados”, la consigna es clara: “No hay solución individual”. La crisis habitacional, agudizada por la desregulación del mercado y el abandono estatal, exige respuestas colectivas. Por eso, convocan a sumarse a la organización inquilina como herramienta de lucha. Porque el derecho a la vivienda no se mendiga: “Se conquista con protagonismo, unidad y acción.”
De hecho, la organización abarca a todo el país: “La Federación de Inquilinos Nacional, fue conformada por diversas organizaciones de inquilinos de varios puntos de nuestro país. Nos unió la necesidad de construir un espacio que eleve las voces de millones de argentinos que padecen diariamente los problemas de alquilar” afirmaron de la entidad organizada.
¿Triplica el precio de los alquileres a la inflación?
Desde Inquilinos organizado, manifestaron desde sus redes sociales que el precio de los alquileres triplicó a los números de la inflación. En un informe llamado “Inflación Inquilina”, afirmaron que: “Según datos de INDEC, desde la derogación de la Ley de alquileres por decreto de Milei, los alquileres triplican la inflación. La inflación mensual general en julio fue del 1,9%, el aumento del precio en los alquileres fue del 3,3%. Con un total de 17,4% de inflación de lo que va del 2025, el aumento del alquiler para viviendas fue del 46.5%.”
Esta afirmación fue puesta en duda, en diálogo con EL ARGENTINO, por un conjunto de corredores inmobiliarios de Gualeguaychú. Si bien reconocen que los aumentos fueron “significativamente mayores” que la inflación general, aclaran que “no es precisa” la idea de que la triplican. “En 2024 la inflación fue del 117,8 %, mientras que los alquileres desregulados aumentaron 262,8 %. Esto no llega a triplicar la inflación, pero sí representa un incremento más del doble”, explicaron.
Otros informes citados por los entrevistados señalan que desde la derogación del DNU 70/2023, los alquileres subieron 494 %, frente a una inflación acumulada del 254,5 %. “Estaríamos hablando de casi el doble, posiblemente más, pero nunca el triple exacto”, agregaron.
Por otro lado, afirmaron que parte del aumento responde a la renovación de contratos que venían congelados por la ley anterior, cuyos efectos aún persisten: “El aumento no se debe solo a un ajuste por inflación únicamente, sino que el ajuste es mayormente por la renovación de contratos que venían congelados, o sea atrasados por el componente de ajuste interanual que establecía la derogada ley, contratos que aún hoy siguen en vigencia porque el plazo mínimo era a 3 años y esto afectará los índices que hoy estamos analizando por año y medio más.”
¿Dos inflaciones: una para propietarios y otra para inquilinos?
Gervasio Muñoz, de Inquilinos Agrupados, manifestó: “La desregulación absoluta de los precios de los alquileres muestran que hay una inflación para propietarios y otra para los inquilinos. El acceso a la vivienda en alquiler se ha vuelto un privilegio. Es urgente terminar con el decreto 70/2023 y volver a una regulación como lo hace el resto del mundo”
Ante la frase de Gervasio Muñoz, referente de Inquilinos Agrupados, los corredores no refutaron la idea, pero propusieron un enfoque más amplio:
“Sí se puede considerar que hay una inflación para los inquilinos y otra para los propietarios. El índice general no representa la variación que sufre el mercado inmobiliario”.
También señalaron que el Estado tiene un rol impositivo que incide en los contratos: “Sumando el impuesto inmobiliario en dos años, se lleva casi un mes y medio de renta. Luego el impuesto a las ganancias, sellados, entre otros, toman su parte de la torta”.
Desde su rol de intermediarios, destacaron que “si todas las partes están en la mesa y hay información y asesoramiento, el contrato es justo”. Incluso mencionaron que se están cerrando contratos con cláusulas abiertas, que permiten renegociar precios e índices ante imprevistos.
¿Acceder a una vivienda en alquiler es un privilegio?
Los corredores reconocieron a EL ARGENTINO, que el acceso se volvió limitado, sobre todo cuando “el alquiler consume casi la mitad del ingreso familiar”. Sin embargo, advirtieron: “Muchas veces se le intenta representar al inquilino que la culpa del acceso a la vivienda digna es del propietario, pero la realidad es que para que esté en condiciones un inmueble, también el propietario debe poder ahorrar y reinvertir para que se mantenga en condiciones”.
En ese sentido, defendieron los efectos de la desregulación: “Con la desregulación hemos logrado:
● Tentar a más propietarios a poner en alquiler casas que estaban en venta y desocupadas gracias al plazo más corto de contratación.
● Convalidar valores de retorno por rentabilidad que fomenten la inversión en construcción de nuevas viviendas para incorporar al mercado.
● Y últimamente afianzar el índice y los plazos de actualización de precios a periodos cortos que permitan incluso bajar esa brecha se especulación con la que se hacía verdaderamente inaccesible el canon locativo mensual y ni hablar del primer mes de ingreso.”
Dinámica reciente y situación local
Tras la derogación de la ley, el mercado se liberalizó y los precios subieron con fuerza. Pero luego comenzaron a ajustarse al ritmo de la inflación, según los entrevistados. “La capacidad de pago de los inquilinos se volvió un límite real”, señalaron.
En Gualeguaychú, la posibilidad de actualizar precios atrajo a más propietarios, aumentando la oferta. Sin embargo, el acceso sigue siendo complejo: se exige garantía con ingresos comprobables o propiedad, y tres meses por adelantado. Algunas inmobiliarias ofrecen facilidades de pago para aliviar el desembolso inicial.