
Ramón 5 – nov. 2013 /5- nov. 2014-11-04 SIR 44, 10-14
Por 4
Pero hablemos de los hombres de bien cuyas buenas obras no se han olvidado. Sus descendientes han heredado ese hermoso legado, su raza se mantiene fiel a la Alianza, sus hijos siguen su ejemplo. Su raza durará para siempre, su gloria no desaparecerá.
Sus cuerpos fueron enterrados en la paz, pero su nombre está vivo por todas las generaciones.
Un año ya, querido hermano de aquel día luminoso que se oscureción en nuestros corazones, ante tu súbita partida al encuentro con Dios y la luz de Cristo.
En ese momento sentimos un derrumbe interior. Hoy te exrañamos tanto. Siempre tendremos inevitables lágrimas por tu ausencia física.
Como todos los días, hoy oraremos por tu descanso y tu memoria.
Raúl Oscar Lapalma
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