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Mientras la Municipalidad continúa pintando sendas peatonales para educarnos a peatones, automovilistas, ciclistas y motociclistas, llama la atención cómo los ciudadanos uruguayos detienen su marcha ante cualquier bocacalle por la sola presencia de una persona dispuesta a cruzar de vereda.
Ya se sabe que en otras ciudades, principalmente las densamente pobladas, los gualeguaychuenses respetamos las disposiciones y cruzamos por la senda peatonal. Esto, también es sabido, no lo hacemos aquí, donde quizás creemos que nada nos sucederá si decidimos ir de una vereda a otra cruzando en cualquier altura de la cuadra, sin esperar a llegar a la esquina.
Por eso es de esperar que el pintado de las sendas peatonales, junto a las actividades educativas que realiza la dirección de Tránsito con la finalidad de prevenir y combatir los accidentes viales, den el resultado que se espera.
No obstante esto, y volviendo a nuestros hermanos uruguayos, vale decir que ellos saben bien que el derecho de paso en las intersecciones es de los peatones.
Y lo más importante: cumplen con esta regla de buena urbanidad.
Quizás sea esto lo que esté faltando por aquí, porque no basta con saber lo que establece la ley, sino que además de saberlo, hay que cumplirlo, sin más vueltas.
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