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Así como se ha anunciado que se hará una campaña en supermercados y las calles de la ciudad para difundir el programa en marcha de separación de residuos domiciliarios, bien podría hacerse una movida para recordar a los cajeros de supermercados y a los consumidores la vigencia de la ley que establece el redondeo a favor del cliente cuando no hay monedas para entregar el vuelto.
Porque como todo en este país, el respeto por esta disposición de alcance nacional duró un tiempo, pero después, a falta de reclamos seguramente, volvimos a viejas usanzas.
Como entregar un caramelo (de dudosa calidad) o preguntarle a quien paga “¿le puedo quedar debiendo?” ya sea que se trate de diez, quince, veinte centavos y quizá más.
Aunque no se sepa si la persona en cuestión habrá de volver para en ese caso, saldar esta deuda o, hablando de caramelos, reconocerles el mismo valor si quien lo entrega es quien paga.
Ya bastante tenemos los consumidores con buscar los productos que tienen precios cuidados (y que para cuidarlos más, en algunos lugares están guardados), pagar por la bolsa de plástico que se entrega y que tardará unos minutos en desfondarse, controlar el ticket para cerciorarnos de que hemos pagado el precio fijado en góndola y tanto más.
Ya que será personal municipal el que hará esta campaña de separación de residuos domiciliarios, podría aprovechárselo para difundir esto y muchas cosas más, establecidas para el bien común pero no cumplidas por desconocimiento.
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