Los punteros en clave para activar el aparato electoral y partidario

No hay que confundir al puntero con el llamado militante, porque sus diferencias se observan en las prácticas a la hora de lograr el convencimiento del otro. De alguna manera, el militante basará su prédica en el intercambio y el debate de las ideas y en la coherencia de ejercer los ideales. En cambio, el puntero hace sentir con diversa intensidad las cosas que de él dependen como las ayudas ocasionales o semi permanentes que luego terminan en la exigencia de un voto a manera de intercambio o devolución el día de las elecciones.

Una paradoja a la hora de abordar este escenario, es que los propios dirigentes son renuentes a mostrar o reconocer públicamente que cuentan con ?punteros políticos?. A pesar de la mala prensa que implica ese rol, se los reconoce partidariamente como responsables a la hora de captar adhesiones y votos para una elección y ellos mismos se definen como leales al partido que los representa y fieles al dirigente que los contiene. Esto es así para todos los partidos, que sin el aporte de los ?punteros? no podrían organizar el llamado ?aparato electoral?.

La otra paradoja es que hoy es impensable organizar un acto o actividad electoral sin los punteros. Y a pesar de que nunca compartirán el espacio físico o escenario o palco o tribuna desde donde el dirigente expresará su pensamiento, lo cierto es que los punteros son los que garantizan -en casi todos los casos- la presencia de público en dicho acto. De alguna manera, si el dirigente puede exhibir una multitud detrás de su propuesta, será en parte por la gente que puede llevar el puntero.

# Diferentes pero similares

En Gualeguaychú -como en cualquier otro distrito de importancia electoral- los punteros están enraizados en las expresiones políticas más hegemónicas y algunos otros -los menos- se ofrecen al mejor postor independientemente de las ideas.

EL ARGENTINO salió al encuentro de los punteros políticos del PJ, la UCR y de la Concertación Entrerriana, justamente para conocer cómo será el domingo 18 de marzo, día de elecciones. Una aclaración: Los punteros que dialogaron con EL ARGENTINO pidieron por razones obvias estricta reserva de sus identidades y coincidieron en destacar que sus trabajos no están limitados a un día electoral, sino que están todos los días del año intermediando con la gente (generalmente vecinos de sus propios barrios) y el dirigente que los referencia. ?Somos como una bisagra entre el gobierno y el barrio?, se reconocerán a sí mismos. ?Es más, muchos de nosotros (punteros) conseguimos más cosas para la gente que los propios dirigentes o funcionarios?, se jactarán con orgullo.

?La gente que nos conoce, nuestros vecinos, saben que tenemos llegada directa con los funcionarios de cada área, pero nuestra tarea no consiste solamente en conseguir materialmente lo que ellos necesitan, porque muchas veces hasta hacemos de consejeros familiares?, describirán así el horizonte de sus intervenciones.

A la hora de dar ejemplos, las anécdotas surgen en cataratas. ?Hace unos días, una vecina me despertó a las cuatro de la mañana porque su nene se había descompuesto. La llevé al Hospital Centenario, pero además me encargué que tuviera los remedios ese mismo día, la ayudé con los trámites en Acción Social e incluso unos pesos porque no tenía para pagar la luz y se le vencía la boleta?, contará el puntero de la Concertación Entrerriana. Cuando los punteros fueron consultados qué pasaba si no encontraban las respuestas en esa asistencia, todos coincidieron en que el funcionario no puede fallar, pero si se hace el desentendido dejamos de trabajar para él y a eso se lo contamos a quien está arriba, porque siempre hay uno que está más arriba que el otro?.

El puntero radical comparte su visión con el ingrediente de que no tiene recursos porque no son gobierno ni en la ciudad ni en la provincia. ?Tenemos recursos más escasos que los demás, pero hay que tener imaginación y no abandonar nunca las gestiones?. Y referenciará que entre los punteros se suelen ayudar. ?Siempre hay alguien que conoce a un funcionario en el gobierno y si la situación es grave, sabemos que la respuesta le llegará de alguna manera a quien la necesita?.Pero nada queda librado al azar ni a la anarquía. ?Nuestro trabajo será exitoso en la medida que no nos aprovechemos de quien pueda darnos una mano?, dirá el puntero del PJ para agregar: ?Ante un caso, siempre el primero en saberlo debe ser el dirigente para quien trabajamos y si él no puede, de todos modos está obligado a conseguir la ayuda que le pedimos?.

Para el 18 de marzo, el puntero radical dice que ante la falta de recursos, están trabajando con la memoria de la gente. ?Vamos casa por casa y les decimos que no se pueden olvidar que alguna vez los ayudamos? y explicará: ?Mucha gente votará al partido no por el dirigente, sino por nosotros, porque siente que así nos devuelve el favor que alguna vez les hicimos?.

El puntero de la Concertación Entrerriana reconocerá que cada uno de ellos maneja un padrón que oscila entre las 30 y las 50 personas que el día de las elección, deben garantizar que concurrirán a la escuela con las boletas ya en el bolsillo?. Esa cifra es similar en todos los punteros, incluidos los del PJ y la UCR, aunque alguno aclarará que también depende del barrio y del desarrollo territorial de sus trabajos.

?De todos modos, esa cifra varía de acuerdo a cada barrio y a cada escuela. No es lo mismo atender el Barrio La Cuchilla donde están todos juntos, que Urquiza al Oeste que están más separados?, coincidirán. La otra coincidencia conceptual que expresarán es que a un puntero se lo valora por la capacidad de gestionar y fundamentalmente porque al dirigente ?hay que llevarle más soluciones que problemas?.

?Nosotros somos los ojos y los oídos del dirigente, pero eso no nos convierte en sus alcahuetes. Debemos actuar en equipo?, sostendrá el de la Concertación Entrerriana.

# Día de elección

EL ARGENTINO les pidió que los punteros narren la rutina de un día de elección, tal como ocurrirá el 18 de marzo. Y ellos reconocerán que desde el viernes anterior, cuando comienza a regir la veda electoral, dormirán poco y nada. ?De todos modos, un día de elección para nosotros es como una fiesta. Estamos preocupados y ocupados, pero fundamentalmente felices?.

La hora de más tensión nunca se vive el día de las elecciones, sino la noche previa. ?La noche del sábado repasamos el padrón electoral y lo tenemos que tener caminado y trabajado, sin excusas. Desde ahí ya comenzamos a vivir quién votará a quién?.

Para ese momento, las visitas a las casas ya no tiene sentido. ?A eso lo hacemos semanas antes. Son reuniones en donde compartimos un mate y una charla y el dirigente se entera de los problemas e inquietudes de los vecinos. Lo que siempre le decimos al dirigente que viene al barrio, es que tiene que tener respuesta para todo y en caso contrario, prometer que se va a ocupar del tema. Esa es una buena forma de comprometerlo y ellos ya saben que si mienten o prometen en falso, al barrio con nosotros no pueden venir más?.

También con mucha anticipación al domingo de elecciones, los punteros son los encargados de preparar el terreno para la visita del candidato. ?Les contamos los problemas del barrio, qué institución necesita un subsidio, qué familia requiere de la ayuda de alguna gestión para una pensión o las obras públicas que los vecinos están esperando?.

Para el domingo de elección, nada queda librado al azar. Dos días antes, cada puntero tiene asignado los autos que contará para llevar a la gente a las escuelas. ?Esos vehículos los aporta el partido, pueden ser de particulares o de empresas de remises?.

El tema de los vehículos es clave, y tiene que estar muy organizado. Para los punteros no se trata de un asunto de plata (cada auto puede cobrar cien pesos por día e incluso un poco más), sino de tiempo. Porque así como hay que llevar a la gente a la escuela, después hay que llevarlas a sus hogares. ?Esa organización la llamamos calesita, todo tiene que ser circular?, referenciarán. En el día de las elecciones, el primer recuento del padrón se hace al mediodía. ?A esa hora tenemos que saber quién no vino a votar y ese dato lo pasa el fiscal de mesa. Y ahí comienza una carrera contra el tiempo, porque los demás punteros de otros partidos también tienen ese dato y salen a buscar el voto?.

El puntero radical insistirá en que no tienen recursos porque no son gobierno en la ciudad ni en la provincia. El del PJ en cambio, sabe que tienen estructura provincial y en la ciudad tienen que asegurar la elección como sea. Para el de la Concertación, el 18 de marzo sus méritos se medirán en la capacidad de organización. ?En Gualeguaychú somos locales y somos metódicos y eso hasta despierta cierta envidia en los demás?, dirá sin falsas modestias.

Los punteros aclararán que en el cuarto oscuro nadie puede controlar nada, pero siempre en el recuento de votos, será más o menos coincidente con la cantidad de gente que llevaron a esa mesa electoral.

Pero no todo es fiesta. ?En un día de elección, nosotros le pedimos cuentas a la gente. Pero al final de ese día, el candidato nos pedirá cuentas a nosotros. Y no podemos fallar, porque de eso depende en parte que sigamos siendo referentes en el barrio?.