
"La justicia es igual para todos", aseguró el juez Alexandre de Moraes, quien justificó la decisión citando mensajes de Bolsonaro que fueron transmitidos el domingo en las redes sociales de sus aliados.

Redacción EL ARGENTINO
La Corte Suprema de Brasil ordenó este lunes la prisión domiciliaria del expresidente Jair Bolsonaro por el “reiterado incumplimiento de las medidas cautelares” que se le habían impuesto en el marco del proceso que investiga su participación en un intento de golpe de Estado tras perder las elecciones presidenciales de 2022. La decisión fue tomada por el ministro del Supremo Tribunal Federal (STF), Alexandre de Moraes.
El magistrado fundamentó la medida en una nueva violación de las restricciones judiciales por parte del líder ultraderechista: Bolsonaro participó de manera virtual en una manifestación bolsonarista realizada el domingo en Copacabana, Río de Janeiro. El video fue difundido por su hijo, el senador Flávio Bolsonaro, y luego eliminado, pero para el STF el mensaje fue claro: una desobediencia deliberada a las prohibiciones impuestas por la Justicia.
Además del arresto domiciliario, De Moraes prohibió que Bolsonaro reciba visitas, salvo de abogados o personas expresamente autorizadas por el tribunal. También le restringió el uso del teléfono celular y el acceso a redes sociales, tanto de manera directa como a través de terceros.
La medida generó temores en el mundo político y empresarial. Para los juristas brasileños y varios del exterior, la medida tomada por el juez de la Corte Suprema, Alexandre de Moraes, está plenamente justificada, debido a que el ex mandatario no cumplió ninguna de las exigencias impuestas mientras dure el juicio por el delito de intento de Golpe de Estado y por sospechas de promover el asesinato de Moraes, del presidente Luiz Inácio Lula da Silva y del vicepresidente Geraldo Alckmin.
Existe un recelo del establishment brasileño sobre las consecuencias de esta resolución judicial tiene que ver con las reacciones que podrá provocar en el jefe de la Casa Blanca Donald Trump. Es decir que no cuestionan su legitimidad, pero intuyen que la exasperación generada en el mandatario estadounidense irá a impedir cualquier negociación acerca de los aranceles del 50% aplicados a los productos procedentes de Brasil. Ese impuesto aduanero entra en vigencia el jueves 6 de agosto.
El Departamento de Estado de EEUU criticó la decisión del juez de Moraes, de imponer prisión domiciliaria a Bolsonaro. Según un comunicado oficial, la medida “amenaza la democracia” y restringe el derecho del exmandatario a expresarse públicamente. A través de su Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental, el ente estadounidense expresó: “El ministro Alexandre de Moraes, ya sancionado por los EEUU por violaciones de derechos humanos, continúa usando las instituciones brasileñas para silenciar a la oposición y amenazar la democracia".
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