La CGT marcha con homenaje al Papa y críticas al Gobierno

Este miércoles, desde las 15, la CGT encabezará en Buenos Aires una masiva marcha por el Día del Trabajador, en una doble apuesta simbólica y política: homenajear al Papa Francisco como referente de los derechos sociales y enviar una señal de advertencia al gobierno de Javier Milei. La movilización coronará el plan de lucha iniciado a comienzos de abril y buscará mostrar el poder de convocatoria de la central obrera tras el último paro general.

La cúpula cegetista se concentrará en la intersección de Independencia y Perú, donde se realizará una oración en homenaje a Jorge Bergoglio. Desde allí marcharán hacia el Monumento Canto al Trabajo, en Paseo Colón al 800, donde se instalará una gigantografía del pontífice y se proyectarán imágenes suyas en una pantalla gigante. El mensaje será claro: contrastar el ideario del Papa con las políticas de ajuste del Gobierno.

A la convocatoria se sumarán las dos CTA y organizaciones piqueteras como la UTEP, que vienen participando de las últimas reuniones de la CGT. También estarán presentes los partidos de izquierda, con un discurso más radicalizado que exigirá un paro general de 36 horas y un plan de lucha sostenido contra la administración libertaria.

“Con una marcha no alcanza para frenar la motosierra de Milei, los gobernadores y el FMI”, aseguró Rubén "Pollo" Sobrero, referente ferroviario. El sector combativo del sindicalismo, fortalecido tras el paro del 10 de abril, impulsa una nueva huelga nacional y una escalada de acciones.

La movilización de hoy también busca contrarrestar la imagen de dispersión que dejó el anterior paro, donde la falta de adhesión de gremios clave como la UTA evidenció tensiones internas. Por eso, la CGT trabajó durante semanas para garantizar una convocatoria masiva, con la consigna de “construir un futuro mejor para los trabajadores, con la palabra del Papa Francisco como guía”.

El carácter opositor del acto estará reforzado por la presencia de figuras políticas como el gobernador bonaerense Axel Kicillof, en un contexto donde los puentes de diálogo con el oficialismo nacional permanecen abiertos, aunque frágiles. En el seno cegetista persiste el debate entre quienes apuestan por una negociación con el Gobierno y quienes consideran que no hay margen para acuerdos.

La jornada encuentra además a los sindicalistas enfrentados al Ejecutivo en varios frentes. Ayer, en la reunión del Consejo del Salario, no hubo acuerdo: los gremios pidieron elevar el mínimo a $644.000 y los empresarios ofrecieron solo $301.300. Como ocurrió en otras oportunidades, el Gobierno definirá por decreto.

Además, los cotitulares de la CGT, Héctor Daer y Octavio Argüello, participaron virtualmente en la Comisión de Legislación del Trabajo de Diputados, donde rechazaron las iniciativas oficialistas que buscan eliminar la cuota solidaria en los convenios colectivos, una medida que consideran un ataque directo al poder de los sindicatos.

La movilización de este miércoles será, entonces, un termómetro clave para medir la capacidad de reacción del sindicalismo frente al ajuste, pero también un momento de definición sobre el rumbo que adoptará la CGT en su relación con el Gobierno libertario.