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Todos los días escuchamos hablar acerca de la necesidad de disponer los residuos de nuestra casa de manera organizada, limpia, en condiciones de ser manipulada por los trabajadores de la empresa municipal que tiene a su cargo la recolección.
Entonces, no se entiende por qué se dan situaciones como la de este lunes a la mañana.
Efectivamente, sobre calle Roca, a metros de la Capilla San Ignacio (nótese que en esa cuadra no hay domicilios) había un par de bolsas de basura rotas, con sus contenidos desparramados a lo largo de unos cuantos metros de esa vereda.
Como es fácil suponer, por lo que se podía ver, no se trataban de residuos propios de una capilla y menos aún, de la escuela técnica, que ocupa esta vereda casi en su totalidad con su parte posterior.
También merece decirse que enoja ver los restos de comida mezclados con papeles y demás a primera hora del día, de lo que se desprende que la basura fue dejada allí después del paso de los recolectores.
Y habrá quedado a la intemperie hasta que éstos pasaron ayer, en horas de la tarde, como es su turno.
Entonces habrá que poner el acento en quienes utilizan las veredas ajenas para deshacerse de la basura generada en casa, una actitud para nada constructiva, con los resultados que se exponen hoy, como en otras ocasiones.
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