
Se frustró por novena vez en el dividido Parlamento del país y se postergó hasta el próximo sábado, en medio de un vacío de poder que nutre aún más la crisis política nacional. El jefe del ejército es el candidato aceptado por todos, pero no pueden ponerse de acuerdo en torno a una enmienda constitucional.
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La elección del presidente del Líbano se frustró este lunes por novena vez en el dividido Parlamento del país y se postergó hasta el próximo sábado, en medio de un vacío de poder que nutre aún más la crisis política nacional.
Un comunicado emitido por el secretariado general del Parlamento informó que el presidente de la Cámara, Nabih Berri, decidió aplazar la votación hasta el próximo sábado, pese a las presiones internacionales para que se celebre la elección.
El jefe del ejército libanés, general Michel Suleiman, ya posee el apoyo para asumir la Presidencia del país tanto de la mayoría oficialista y la oposición, que está encabezada por el partido-milicia islamista Hezbollah.
Pero el Parlamento aún no pudo ponerse de acuerdo en torno a una enmienda constitucional que debe aprobar para permitir al general asumir la Jefatura de Estado.
El puesto está vacante desde el 23 de noviembre, cuando el ex mandatario Emile Lahoud dejó el cargo sin que se hubiera elegido un sucesor.
La cadena de noticias libanesa LBC, que difundió el comunicado del aplazamiento de la votación, dijo este lunes que mediadores trataron durante la noche de hallar una fórmula por la cual se pueda elegir a Suleiman sin necesidad de reformar la Constitución.
La sesión estuvo precedida de intensas presiones mundiales para que se celebre la votación.
El secretario de Estado adjunto estadounidense para Asuntos de Oriente Próximo, David Welch, visitó el Líbano el sábado y urgió a los legisladores a elegir a un nuevo presidente para "devolver la dignidad y el respeto" al cargo, según dijo.
Francia, de la que el Líbano fue colonia, también pidió el fin de semana que se realice la elección.
La imposibilidad de elegir presidente coronó un año de crisis política por las profundas diferencias entre el gobierno, que se opone a la influencia de la vecina Siria, y la oposición, que, liderada por Hezbollah, reivindica los lazos con Damasco.
Esa crisis tuvo su último capítulo el pasado miércoles, cuando mataron en un atentado al general Francoise Hajj, quien reemplazaría en su cargo a Suleiman cuando éste fuera electo presidente.
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