La familia de Matías Colaprete convirtió su dolor en una iniciativa legislativa que busca evitar muertes evitables por anafilaxia. La norma, pionera en el país, podría aprobarse en los próximos días y establecerá capacitación obligatoria y protocolos de actuación en situaciones críticas.
Redacción EL ARGENTINO
El profundo dolor por la pérdida de su hijo fue el motor que impulsó a la familia de Matías Colaprete a transformar una tragedia en una propuesta legislativa. En diálogo con esta Agencia, sus padres explicaron el alcance del proyecto conocido como “Ley Matías Colaprete”, que establece requisitos de capacitación y protocolos de actuación frente a reacciones alérgicas graves. La iniciativa podría convertirse en ley provincial en los próximos días.
Matías había trabajado en la Caja de Jubilaciones y proyectaba especializarse en el sistema previsional. Sin embargo, una serie de fallas encadenadas en la atención de emergencias tras sufrir una reacción alérgica por la picadura de una abeja derivaron en su muerte. “Todo estaba concatenado para que nada funcionara bien”, relató su madre, al describir cómo la falta de insumos, de personal capacitado y de respuestas adecuadas terminó siendo fatal.
A partir de esa experiencia, la familia decidió investigar, informarse y presentar un anteproyecto con un objetivo claro: evitar que otras familias atraviesen el mismo sufrimiento. Para ellos, que la norma lleve el nombre de Matías no es un gesto menor, sino una forma de honrar su esencia. “Era solidario, pensaba siempre en el otro primero. Sentimos que así sigue ayudando a salvar vidas”, expresaron.
El caso dejó en evidencia carencias estructurales tanto del Estado como de instituciones públicas y privadas en materia de emergentología. La propuesta fue presentada mediante participación ciudadana y, tras un camino complejo, avanzó con el acompañamiento de la diputada Liliana Salinas. Más tarde, el Ministerio de Salud provincial se sumó al trabajo y amplió el alcance del proyecto: lo que inicialmente estaba pensado para espacios con piletas se transformó en un sistema integral de prevención y actuación ante anafilaxia y otras emergencias con riesgo de vida.
La ley establece protocolos claros y un fuerte eje en la capacitación, tanto para personal de salud como para trabajadores y ciudadanos en general. El objetivo es que más personas puedan brindar una primera respuesta eficaz hasta que llegue la atención especializada. “No alcanza con tener un desfibrilador si nadie sabe usarlo o si está guardado bajo llave”, remarcaron.
Para la familia, la posible sanción representa memoria, justicia y un legado. La consideran una norma pionera, con potencial de replicarse en otras provincias. “La lucha no termina con la sanción; el compromiso es seguir avanzando”, afirmaron.
Antes de cerrar, dejaron un mensaje para quienes atraviesan pérdidas similares: transformar el dolor en acción colectiva. “No hay mejor manera de honrar a un hijo que hacer algo que le sirva a la sociedad. El dolor no se va, pero saber que su vida sigue teniendo sentido nos da fuerza para seguir”, concluyó su padre.