
Durante una cena en Puerto Madero, el presidente lanzó una frase polémica para desacreditar las críticas sociales. Apuntó contra el kirchnerismo y defendió su veto al aumento de jubilaciones.

Redacción EL ARGENTINO
Javier Milei volvió a recurrir al sarcasmo y la provocación para defender su programa económico. En una cena de recaudación organizada por la Fundación Faro —ligada a Agustín Laje y los hermanos Caputo— el presidente minimizó las denuncias sobre el deterioro social: “Si fuera cierto que no llegan a fin de mes, la calle tendría que estar llena de cadáveres”, dijo ante un auditorio afín reunido en Puerto Madero.
El evento, destinado a juntar fondos para el think tank libertario que asesora al mandatario, sirvió como escenario para que Milei lanzara una serie de definiciones políticas con su estilo habitual. En ese marco, también justificó su reciente veto al aumento de las jubilaciones, aprobado por el Congreso, con un mensaje directo a la oposición: “Parece que los que hoy tanto reclaman por las jubilaciones son los mismos que vetaron aumentos cuando gobernaban. Decían que se estaba declarando la quiebra del Estado”.
La cena estuvo marcada por referencias bíblicas, una de las marcas retóricas del presidente. “Aclaro que no me estoy creyendo Moisés”, deslizó en tono irónico, tras una mención críptica que no llegó a desarrollar. La escena combinó citas religiosas con crítica ideológica, en línea con su prédica libertaria.
Milei volvió a cargar contra los sectores kirchneristas, a los que responsabilizó por la crisis social. “Los kukas parece que nos hubieran dejado en Suiza y nosotros cometimos una masacre, cuando en realidad los que destruyeron y se consumieron el capital empobreciendo a la gente fueron ellos”, afirmó. La frase se suma a una serie de declaraciones que buscan consolidar un relato polarizante, ubicando al gobierno como víctima de un sistema colapsado por sus antecesores.
El contexto de sus dichos no es menor: mientras avanza la inflación, se profundiza la recesión y aumentan los indicadores de pobreza, el Gobierno opta por una estrategia discursiva que niega la dimensión del deterioro cotidiano. La frase sobre los “cadáveres en la calle” generó críticas en redes sociales y en sectores políticos que ven en el presidente una sistemática banalización del sufrimiento social.
La Fundación Faro, que organizó la velada, es una usina de pensamiento creada por Laje y respaldada por Santiago Caputo, el principal estratega del gobierno. No es la primera vez que Milei utiliza sus actividades para hacer declaraciones disruptivas con alto impacto mediático.
Sus palabras llegan días después de haber eliminado las retenciones a productos del campo, una medida celebrada por los sectores agroexportadores pero criticada por su impacto fiscal, justo antes de vetar la ley que proponía una mejora en los haberes jubilatorios.
En lo que va de su mandato, el presidente ha demostrado que el combate cultural, tanto como el ajuste económico, es uno de los pilares de su gobierno. Su discurso en Puerto Madero lo reafirma: no está dispuesto a moderarse, aun en un contexto de creciente tensión social.
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