Frialdad en el Tedeum: Milei evitó saludar a Villarruel y Macri

El acto central por el 25 de Mayo dejó en evidencia las profundas tensiones dentro del oficialismo. Durante el Tedeum celebrado en la Catedral Metropolitana, el presidente Javier Milei evitó saludar a la vicepresidenta Victoria Villarruel y al jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, en una escena que rápidamente generó repercusiones políticas y mediáticas.

Acompañado por su hermana Karina, el ministro de Defensa, Luis Petri, y el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, Milei ingresó al templo cerca de las 9 de la mañana. Saludó afectuosamente a varios dirigentes libertarios, como José Luis Espert y Lilia Lemoine, pero ignoró por completo a Villarruel y Macri, quienes estaban parados a pocos pasos. Las cámaras registraron el momento en que el jefe de Estado elude la mano extendida del alcalde porteño y pasa sin mirar a su vice.

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Horas más tarde, el propio Milei explicó su actitud a través de su cuenta de X (ex Twitter), donde publicó: “ROMA NO PAGA TRAIDORES. Si se es bueno con los malos (...) se termina siendo muy malo con los buenos. Fin”. En un segundo mensaje, repitió la frase junto con el video del momento del ingreso a la Catedral. Incluso lanzó una crítica indirecta al consultor catalán Antoni Gutiérrez-Rubí, a quien acusó de estar detrás de operaciones políticas en su contra.

La respuesta de Victoria Villarruel no tardó en llegar. Consultada por la prensa en la Plaza de Mayo, la vicepresidenta evitó la confrontación directa y se limitó a decir: “No lo sé, hay que preguntárselo a él. Yo siempre saludo”. La imagen contrastó con la del año pasado, cuando Milei y Villarruel habían llegado tomados del brazo y mostraban unidad. Hoy, el vínculo está profundamente deteriorado y no parece haber margen para la reconciliación, según admiten en el entorno presidencial.

En la Casa Rosada, la actitud de Milei fue leída como un gesto deliberado. Un asesor había anticipado que el momento del reencuentro con Villarruel tendría “impacto político”, y el propio Presidente optó por tensar aún más la relación. El distanciamiento con su vice es notorio desde hace meses, acentuado por la disputa por el control del Senado y las diferencias sobre la conducción del espacio oficialista.

El arzobispo Jorge García Cuerva fue el encargado de oficiar el Tedeum. En su homilía, pidió curar las heridas del país y advirtió que “se está muriendo la fraternidad, la tolerancia, el respeto”. También criticó el desencanto ciudadano con la política y mencionó los problemas estructurales que aquejan a la Argentina: jubilaciones indignas, narcotráfico, pobreza, y exclusión social.

García Cuerva subrayó que “nuestro país también sangra” y llamó a una reacción colectiva: “La oportunidad de resolver esta situación es hoy. ¿Cuántas generaciones más deberán reclamar por sus derechos?”. Su mensaje, cargado de contenido social y ético, contrastó con las fricciones que protagonizó la dirigencia oficialista en el mismo escenario.

Así, la liturgia patria, que debería haber sido un momento de unidad, terminó por exponer la fractura del oficialismo. En pleno feriado, Milei eligió dejar clara su postura: no hay espacio para la tregua.