
El fiscal pidió esa pena por el crimen de la joven que en 2012 apareció enterrada y decapitada en la isla de Talavera, en jurisdicción del departamento Islas del Ibicuy

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En el juicio que se desarrolla en Tribunal Oral en lo Criminal Nº 1 de San Isidro, un fiscal de juicio pidió que se condene a la pena de prisión perpetua al comerciante Alejandro Francisco Reynoso, de 40 años, y a su hijo Sergio, de 21, como coautores del crimen de Solange Victoria Aguirre, la chica de 22 años de la localidad bonaerense de Benávidez, que en 2012 apareció enterrada y decapitada en el Km 114 de la Autovía RN 12, en la Isla Talavera, departamento Islas.
En ese mismo acto, la defensa oficial requirió la absolución de Reynoso hijo y una condena de ocho años por "Homicidio simple" para el padre.
Antes de los alegatos de las partes, uno de los forenses que realizó la autopsia declaró ante los jueces Alberto Ortolani, María Elena Márquez y Gonzalo Aquino que la víctima fue decapitada cuando aún estaba con vida ya que las lesiones en el cuello eran "pre morten".
Luego de las declaraciones testimoniales y los alegatos, Reynoso padre les pidió perdón a todos los presentes y se dirigió a la madre de Aguirre, a quien le confirmó que él cometió el crimen el 5 de septiembre de 2012.
Finalmente, el tribunal pasó a un cuarto intermedio hasta las 13 del próximo jueves 20 de noviembre, cuando dará a conocer su veredicto.
El hecho
De acuerdo a lo establecido en la causa, Solange Aguirre –que era madre de dos hijos, un varón que ahora tiene 7 años y una niña de 4, que es hija de Reynoso padre- cuando fue al negocio del padre de su hija, en Benavídez, para pedirle el dinero de la manutención de la niña.
Cuando Reynoso fue detenido, se quebró y confesó el crimen ante el primer fiscal de la causa, en la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) de Delitos Conexos a la Violencia de Género de San Isidro.
El acusado admitió en esa oportunidad que la noche en que Aguirre lo fue a ver a uno de sus comercios discutieron y él le pegó un golpe en la sien con una chaira para afilar cuchillos.
El imputado declaró que colocó el cuerpo -ahora se sabe por los peritajes que la chica aún estaba viva, ya que las lesiones en el cuello eran “pre morten”-, en unas bolsas de consorcio grandes que había en el local, lo cargó en su camioneta y concurrió a su casa de Boulogne, donde estaba su hijo Sergio.
Ya en horas de la madrugada del día siguiente, Reynoso padre aseguró que fue con su hijo a la zona de la Isla Talavera (donde solían ir a pescar), pero que Sergio nunca supo que él llevaba un cadáver ni que en ese sitio lo enterró. A tres días de la desaparición, en un camino vecinal próximo al puente Gral Urquiza, a metros del límite con la provincia de Buenos Aires, pero del lado de Entre Ríos, cuatro pescadores paraguayos que habían visto a dos hombres enterrar algo, descubrieron el cadáver decapitado y completamente desnudo de una mujer, que luego se determinó que era el de Aguirre.
La cabeza de la víctima recién fue encontrada el 28 de septiembre de 2012.
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