
Las condiciones globales y locales proyectan precios firmes y una cosecha récord. Advierten que los próximos tres meses serán claves para definir la estrategia de comercialización.

Redacción EL ARGENTINO
Durante una jornada organizada por la Región Mar y Sierra del Movimiento CREA en Azul, Buenos Aires, el analista Agustín Baqué destacó el contexto excepcional que atraviesa el trigo argentino. “Estamos en uno de los mejores mundos posibles para el comercio agrícola”, aseguró ante productores de la zona, e instó a no demorar la planificación comercial.
Baqué explicó que la reconfiguración del comercio global por la disputa entre China y Estados Unidos abre oportunidades para países exportadores como Argentina. Si bien el sorgo y la cebada ya se benefician por esta reorientación, el trigo también podría verse favorecido si se dan ciertas condiciones en el mercado internacional.
Actualmente, los fondos agrícolas en el mercado de futuros de Chicago (CME Group) están fuertemente posicionados a la baja en trigo. Sin embargo, Baqué subrayó que cualquier falla en la cosecha del hemisferio norte —especialmente en la región del Mar Negro, afectada por la falta de agua— podría revertir esta tendencia y disparar una suba de precios por el cierre de posiciones especulativas.
Además, la relación stock/consumo mundial se encuentra en niveles bajos, lo que deja poco margen de error para los grandes productores del norte. De registrarse algún evento climático adverso, los valores del trigo podrían escalar rápidamente.
Con este telón de fondo, Baqué proyectó un precio objetivo de entre 220 y 230 dólares por tonelada para el trigo argentino con entrega en diciembre de 2025 y enero de 2026. Sin embargo, advirtió que este escenario favorable requiere anticipación: “Los próximos tres meses son clave para definir la estrategia de venta”, remarcó.
Por otro lado, las perspectivas productivas en el país también son alentadoras. La Bolsa de Cereales de Buenos Aires estima que la campaña 2025/26 podría registrar una siembra récord y alcanzar una cosecha por encima de los 20 millones de toneladas, valores cercanos al máximo histórico.
Este posible volumen obliga a considerar otro factor: en los primeros meses de la campaña, Argentina deberá competir en mercados exigentes y lejanos —como el norte de África o Asia— con exportadores agresivos, lo que podría forzar una baja en los precios FOB y, por ende, en los precios internos FAS.
Por eso, Baqué recomendó comenzar desde ahora a delinear las estrategias comerciales, aprovechando tanto las condiciones climáticas favorables en el país como el escenario internacional que abre una ventana de oportunidad única.
Así, el trigo argentino se encamina a una campaña con gran potencial productivo y comercial. El desafío, concluyó el analista, será moverse con anticipación e inteligencia para capitalizar al máximo esta coyuntura.
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