Años atrás se polemizaba sobre la compra de Parque del Sol y el tiempo se encargó de responder a esas negativas desde el sector político que hoy gobierna y destaca el mejoramiento de este espacio público.
Redacción EL ARGENTINO
Desde hace tiempo se intenta instaurar que todo lo que haga el Estado para mejorar las condiciones de vida de sus habitantes es un gasto innecesario y se cubre con el manto de la duda que algo extraño habrá detrás. Por fortuna, ha habido gobiernos que se han antepuesto a esos relatos y han sabido invertir para el disfrute de la ciudadanía.
El ejemplo claro de ello fue lo sucedido con Parque del Sol, un lugar emblemático para Gualeguaychú que la Municipalidad adquirió a mediados de 2021, durante plena pandemia, aunque las negociaciones habían comenzado a finales de 2019.
Básicamente, y totalmente entendible con la línea política actual, la oposición por aquellos años esgrimía que la compra de Puerta del Sol (actual Parque del Sol) no era una prioridad y que los 360 mil dólares podrían cubrir otras necesidades relacionadas a la gestión.
Pareciera que el 2021 pasó ya hace mucho tiempo, pero sólo transcurrieron cuatro años y medio desde que se sancionó la ordenanza que autorizaba a la compra del predio y en estos días de sofocante calor, contar con un espacio público de estas características, sobre el río, para que el ciudadano común pueda refrescarse, es algo sumamente positivo.
Y mucho más lo es cuando el acceso al río Uruguay es incosteable y excluyente. Las playas sobre el río Uruguay en Gualeguaychú son privadas y la firma que explota la más importante de esos espacios que deberían ser de acceso libre a las personas, vedan y excluyen con precios imposibles de pagar para una familia tipo.
La página institucional de la Municipalidad de Gualeguaychú resalta actualmente el estado en el que se encuentra el Balneario Municipal y Parque del Sol, con el acondicionamiento de las riberas, las “mejoras viales, equipamiento renovado, limpieza profunda y aportes de arena, con el propósito de ampliar las opciones recreativas de cara al río”.
De qué otra forma puede una familia recrearse cuando las temperaturas superan los 30 grados y no se tiene la posibilidad de contar con una pileta en la casa. La única respuesta viable es el río, un bien común que debería ser de acceso libre y gratuito en todas sus costas, porque el río y las playas no debe ser patrimonio de ningún particular.