
La adoptamos hace unos cuantos años, cuando en 1989 su familia vino a Gualeguaychú. Y desde entonces, es una voz familiar, que no pasa desapercibida en la radio.
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Por Silvina Esnaola
“Tenía 17 y soñaba con la radio. Me acuerdo de ser muy chica y escuchar a Hugo Guerrero Marthineitz, con esa personalidad tan atrapante y su manera de decir. Soy admiradora del lenguaje y él lo usaba magníficamente” recordó Cristina Cartier.
“Meses después de estar aquí, escuché un aviso de una FM que pedía locutoras. Yo repetía los comerciales de la tele, como hice desde chiquita y mis padres me alentaron a presentarme”.
“Y viniendo de Buenos Aires, me imaginaba un edificio como los de las radios de allá. Pero me encontré con un garaje donde funcionaba una FM. Me tomaron una prueba ¡pero no me llamaron!”.
Al tiempo y por casualidad, volvió, pero esta vez, para ser parte del programa de Néstor Basaldúa.
Hace unos años se fue a Mendoza con su familia y hace siete regresó, porque como dijo “Gualeguaychú es un lugar que se elige”.
“Acá hay un estilo muy amigable para vivir, por eso no me ha costado hacer amigos. El gualeguaychense tiene eso de abrirte la puerta a su casa siempre...”
Desde aquella radio primera ha hecho carrera y hoy la escuchamos por la mañana en Máxima, y en su espacio propio por la tarde, Saludarte.
“Charlando con Pablo Messina, un amigo entrañable, me animó. Me dijo “es interesante, enriquece, se aprende, es un momento de radio diferente”.
“Me dieron el visto bueno en la radio y arranqué. Elegí sacarle toda la formalidad vinculada a los temas de salud, porque hay algunos que son muy duros, y esa es una consigna que transmito a los profesionales, para hacerlo con una mirada alentadora y desde lo preventivo. Por suerte encontré un montón de aliados en esto, médicos apasionados que entienden que la prevención es el capítulo más importante. También me doy mis gustos: soy vegetariana desde chiquita, no fumo, bebo alcohol a disfrute (con moderación, aclaró), me encantan el deporte, la actividad física y también encuentro aliados para hablar cada tanto de esto, una manera de instalar temas que tienen que ver con la alimentación sana, la importancia de una actividad física y estoy muy cómoda hablando de lo que sé, incluso dando mi propio ejemplo, de una mujer común de 47 años, con unos kilos de más, que hace actividad física y se siente bien”.
“Hay gente que ha descubierto este mensaje y eso me hace sentir que cumplí con mi tarea”, agregó.
-Con esto de “si yo lo hago vos también podés”, desde el año pasado integrás la Red Solidaria Gualeguaychú, con la que han hecho varias campañas. ¿Cómo fue?
“A todas las cosas que suceden las asocio con el universo. Comprendo que somos energía, que interactuamos con la energía ajena y que las cosas pasan por algo”.
Más allá de mi admiración por Juan Carr, su transparencia, su calidez, cuando supe de la Red de aquí invité a Elena Ramírez, que es una de las fundadoras y escuchando, comulgué con lo que estaban haciendo. Supe que eran cuatro y empezaba la campaña “Frío cero”. Había que trabajar mucho y me ofrecí a ayudar. Y me quedé. Encontré afinidad y amistad; cuando pregunté si podía quedarme, ya me habían adoptado. Las caras visibles o si se quiere, la columna vertebral, somos Elena, Majo, Carmelo y yo, que hacemos lo que está a nuestro alcance, pero también tenemos voluntarias que tejen o arreglan la ropa. Y somos felices. A veces me involucro con situaciones de mucha necesidad que me afligen. Por eso comenzamos a elaborar unos mecanismos con Juan para preservarnos, para poder seguir adelante, para que el dolor ajeno no nos quite la fuerza”.
Volviendo a su entrada en la Red solidaria, también incidió el mismo Juan Carr, entrevistado por teléfono por Cristina para presentarle al grupo de aquí.
“Él sabía quiénes éramos, también lo que habíamos hecho un día antes, ayudando a una abuela en un movida espontánea. Me impresionó su capacidad de estar al tanto de las actividades de sus Redes en todo el país. Entonces pensé “esto es serio; este es mi lugar”
“Somos pocos- volvió a decir sin que esto le pese- pero terminamos las campañas desbordados de cosas que la gente dona, porque somos un nexo entre la necesidad que visualizamos y la gente, que en su solidaridad nos supera”.
Esta solidaridad se manifestó ahora, como en las anteriores, en la campaña “Juntos al cole”, que hicieron antes del inicio de clases y benefició a los chicos de la Escuela 44 “María Mercedes Balcarce y San Martín”, a la que seguirán acompañando (hacen falta calzados) hasta que se anuncie una nueva misión, de la que también todas las donaciones serán transparentadas a través de la página Red Solidaria Gualeguaychú en Facebook, un compromiso asumido con la comunidad.
“Nuestra tarea es esa, ser el nexo entre el que necesita y el que da”, remarcó Cristina para compartir “cuando hacemos las entregas tenemos una satisfacción tan, tan grande, que nos emocionamos...”
Y esa emoción es la chispa que enciende las ganas para la campaña futura, en la que cada uno de los voluntarios pondrá todo de sí, aunque como recordó Cristina “Todos somos Red solidaria”, invitándonos a ser una partecita de esta cadena.
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