
El presidente deportivo más joven de la ciudad, Enzo Damer en diálogo con EL ARGENTINO. A cargo del Club Tigre y de la Asociación de Futsal, nos transmite su experiencia: “Es cuestión de involucrarse y siempre trabajar con buena fe”.

Por Isidro Alazard
Con sólo 24 años, Enzo asumió la presidencia del Club Tigre. Su legado familiar le jugó a su favor: también presidieron la institución años atrás su abuelo y su mamá (la primera mujer en ser presidenta de un club en la ciudad). Desde julio del 2024, su gestión ha avanzado con nuevas disciplinas y mejoras edilicias. “Hoy en día los clubes son a pulmón”, cuenta para EL ARGENTINO.
-Enzo, ¿cómo fue tu recorrido para llegar a este momento?
-Transité mi secundaria en la Escuela Técnica II. En ese momento comencé a involucrarme de lleno en lo que tiene que ver con gestión (obvio que a esa edad, no lo tenía asumido). A mis 13 años ya estaba participando en el centro de estudiantes del colegio, y a los 14 ya era presidente. Fui dos veces electo, y a partir de ahí ya notaba mis intenciones de querer siempre encontrar una mejorías. En ese momento, en la institución transitamos debates sobre las cuestiones edilicias, y se provocan las primeras sentadas, por ejemplo. Fue en la gestión siguiente del centro de estudiantes que se terminó de concretar la cuestión del edificio. Me recibí y después comencé a estudiar el Profesorado en Ciencia Política. Pero en ese proceso, cuando yo finalizo mi secundario, me empiezo a involucrar de lleno en el Club Tigre que, por una cuestión familiar, ya estaba en el ambiente. Mi abuelo siempre estuvo dentro del club, trabajó y luchó por la institución, y mi vieja empezó en el 2012 un proceso realmente fuerte dentro del club. Después de su segundo mandato, yo comencé a ‘renovar las energías’ y comenzamos a encarar otras cuestiones.
-¿Cómo era el club antes?¿Cómo es hoy?
-Antes era un lugar donde se iba a jugar a las bochas. Hoy en día el club cuenta con dos disciplinas nuevas: vóley y futsal. Hace unos años, el club no tenía nada, ni un libro de actas. Hoy en día, estamos hablando de una institución ordenada, organizada, para la cual hemos podido gestionar programas nacionales con el objetivo de poder poner en valor el edificio. También programas de la Secretaría de Deporte, una para hacer un SUM y otra para reacondicionar el ingreso del club. Abertina (la anterior presidenta) había gestionado todo lo que eran los talleres laborales, pero siempre hay que buscar mejores condiciones, tanto para las actividades como para los mismos socios. También logramos poder gestionar con la municipalidad un predio apuntado a que sea a futuro un predio para nuestras actividades. Si bien nosotros contamos con una sede, infraestructuralmente no podemos desarrollar los deportes ahí.
-¿Cómo es gestionar un club?
-Hoy en día los clubes son a pulmón, y en general ya se ha perdido eso de trabajar ad honorem por una institución social y deportiva. Es otro el panorama, lo cual nos limita a gestionar y hacer un trabajo en conjunto, por ejemplo, con las instituciones gubernamentales. Adicionalmente, venimos implementando una mirada en la cual todos los que estén trabajando en el ámbito deportivo sean personas del ámbito de la educación física: estudiantes o profesores. Hoy en día tenemos un grupo de profes que llevan adelante las diferentes categorías. También hace poco presentamos a un coordinador deportivo que está trabajando en una perspectiva diferente. Todos los pasos que damos son para crecer.
-¿Cómo ves a los jóvenes hoy en día?
-Estoy constantemente con ellos. Creo que los jóvenes han sido golpeados por diversas circunstancias (podemos hablar de pandemia, o de la crisis que vivimos), y actualmente están en una etapa de vivir el ahora: no darse el tiempo para planificar, para tener una aspiración. Hay menos proyección en su presente: ya no está el tema de los objetivos, de ‘a dónde apunto’, ‘a dónde me veo’, o ‘cuáles son los logros que me gustaría obtener’. Es el día a día: consumir todo el tiempo, seguir las modas, igualarse a los demás. Obviamente, no quiere decir que sean todos. Veo que hay cada vez más individualismo, lo que hace que se nos dificulte más anhelar. Y creo que mucho se basa en las cuestiones socioeconómicas: son necesarias más oportunidades para todo el mundo, pero principalmente para las edades tempranas.
-¿Cuál creés que es el rol de los clubes hoy en día?
-Hoy en día vivimos en una sociedad en que la ansiedad y la salud mental están muy en juego. Como te decía antes, puede ser resultado de un montón de variantes. Siempre, culturalmente, cuando hablamos de un club, hablamos de que es la contención de los chicos, es donde los chicos transitan quizás su primera etapa de vida, además de la escuela, es donde hacen un deporte. El club sigue cumpliendo un rol fundamental: el acompañamiento de las personas (particularmente a los chicos, pero no solamente a ellos), y también el intento de generarle al barrio oportunidades. Pero hay muchas problemáticas sociales que golpean de lleno al club, y no son las mismas de siempre, porque no es como antes. Antes quizás había más personas que acompañaban: actualmente, asumir un compromiso y dedicarle tiempo a una institución (y más, que sea ad honorem) es muy lejano. El presente socioeconómico problemático en que vivimos nos hace a todos, obviamente, preocuparnos y trabajar para poder subsistir.
-Y en ese contexto, ¿cómo se sostiene un club?
-Nosotros, si bien le cobramos a los chicos una cuota deportiva (la cual nos da la posibilidad de poder asegurar a los chicos, poder cumplir con los profes, y ofrecer un espacio donde entrenar), siempre estamos haciendo alguna que otra actividad para poder generar recursos y mantener esa estructura.
-Y vos, ¿tenés objetivos a largo plazo?
-Me gusta el ámbito de gestión. Hoy en día, estar llevando adelante dos instituciones (el Club Tigre junto con la Asociación de Futsal) también es un objetivo personal. Primero, para aprender, porque uno no deja de aprender. Y segundo, para ver si puedo ir agrandando mi capacidad para manejar estas dos instituciones. Por suerte y gracias a Dios, en las dos instituciones he logrado llevar adelante muy buenos equipos de trabajo, de gente joven y muy comprometida. Trabajar en estos ambientes, demostrar una neutralidad y ser transparente hace a generar un buen clima, a que el equipo confíe en vos y que tenga ganas de seguir trabajando por ahí.
-La cuestión de la edad no deja de ser importante. ¿Qué significa ser joven y presidir un club y una asociación?
-A esta edad no se espera que alguien lleve adelante estas cuestiones. Pero creo que son lindos desafíos. Es cuestión de involucrarse y siempre trabajar con buena fe. Es muy importante para cualquier ámbito ponerle ganas y tener energía. Obviamente, hay un montón de personas que quizás hoy en día están en lugares o en roles de toma de decisiones y quizás llegan degastadas. Pero bueno, hay que dejar de pensar que porque sean gurises, no hay que darles la posibilidad de que ellos puedan opinar o trabajar en algo. Incluso también hay que aceptar el error, permitirlo. Siempre van a existir las equivocaciones: pero sin ellas no creceríamos nunca.
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