
El básquetbol argentino pierde a una de sus figuras más emblemáticas con el anuncio del retiro de Rubén Magnano, el estratega que guió a la selección nacional hacia la gloria olímpica en Atenas 2004. Con 69 años y una carrera plagada de éxitos, Magnano deja atrás los banquillos con un legado imborrable.

Redacción EL ARGENTINO
"Estoy viviendo un momento de gratitud muy grande", expresó Magnano al confirmar su decisión de no volver a dirigir. Con estas palabras, el entrenador cordobés pone fin a una trayectoria marcada por la dedicación y el compromiso con el deporte que ama.
Con su característico estilo humilde pero firme, Magnano reflexionó sobre su partida: "No sé si me tendré que morder la lengua, pero un poco como dicen 'he colgado los botines'". Estas palabras resonaron en el corazón de los amantes del básquetbol argentino, quienes reconocen en Magnano a un líder indiscutible que supo llevar al equipo nacional a lo más alto.
Su legado trasciende más allá de las victorias en la cancha. Magnano fue el arquitecto de la llamada Generación Dorada del básquetbol argentino, un grupo de jugadores que marcaron una época y pusieron al país en el mapa mundial de este deporte. A 20 años de la gesta olímpica en Grecia, su anuncio sorprendió a propios y extraños, pero deja claro que su legado perdurará por generaciones.
En una emotiva entrevista, Magnano compartió sus motivaciones para tomar esta decisión: "Estoy viviendo en plenitud, disfrutando de mi familia. Ser feliz es sentirse bien con uno mismo". Estas palabras reflejan la filosofía de vida de un hombre que supo encontrar el equilibrio entre su pasión por el básquetbol y su vida personal.
Sus logros hablan por sí solos. Desde sus inicios como entrenador en Atenas en 1990, Magnano acumuló títulos y reconocimientos tanto a nivel nacional como internacional. Con la selección argentina, alcanzó la gloria en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, derrotando incluso al Dream Team de Estados Unidos en un hito histórico para el básquetbol mundial.
Además de sus éxitos deportivos, Magnano fue reconocido como entrenador del año en la Liga Nacional 1999/2000 y recibió el Premio Konex de platino como mejor director técnico de la década en Argentina en 2010. Su ingreso al Salón de la Fama de la FIBA en 2021 fue el merecido reconocimiento a una carrera dedicada al deporte.
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