Jugadores y familias, entre entrenamientos, vínculos fuertes y compromiso comunitario, trazan una historia de pasión compartida dentro y fuera de la cancha.
Redacción EL ARGENTINO
En diálogo con EL ARGENTINO, María Almeida y Gustavo Vázquez, papás de Felipe Vázquez —jugador del Club Central Entrerriano— relatan el esfuerzo colectivo que sostiene al equipo campeón provincial U17.
Un plantel con historia y proyección
El equipo U17 de Central Entrerriano se consagró campeón provincial 2025 de forma invicta, actualmente tuvieron una actuación destacada en la Liga Nacional de Clubes: llegó invicto al cuadrangular de primera fase, con 17 triunfos y 0 derrotas, y un promedio de 90,9 puntos a favor y 47,6 en contra. Este logro se suma al título que gran parte del mismo plantel obtuvo en 2023, en la categoría U15.
El equipo, dirigido por Gerónimo Díaz Vélez, mostró un juego sólido, con defensa intensa y gran efectividad ofensiva. La localía en el estadio “José María Bértora” fue clave para sostener el rendimiento y el acompañamiento del público.
“El trabajo que los llevó a ser campeones fue la constancia. Los chicos se comprometieron desde el inicio del torneo provincial, con prácticas diarias e incluso doble turno. Entrenaban en el gimnasio del club y respondían a la exigencia del entrenador, que buscaba sacar lo mejor de cada uno”, destacaron los padres de Felipe.
Equipo, familia y comunidad
Más allá de los logros deportivos, los vínculos entre jugadores, cuerpo técnico y familias son una clave del proceso. “El clima que se generó es muy bueno. Compartimos momentos de trabajo y de disfrute, alentamos de la forma que podemos: desde la tribuna local, viajando, o a través de alguna transmisión”, mencionaron María y Gustavo.
El compromiso familiar va más allá del acompañamiento afectivo. Como equipo de padres, se organizan de forma sostenida para generar los recursos económicos necesarios. “Cuando se juega de local, hay que recibir a los otros equipos, brindarles cuatro comidas diarias, hospedaje, cubrir el pago de árbitros, gastos de apertura de cancha, comisionado de mesa. Todo eso lo afrontamos con organización y solidaridad”.
Trabajo colectivo que alimenta la pasión
Para solventar los gastos, realizan ventas de productos caseros como tortas fritas, empanadas, pizzas y combos dulces. Cobran entradas, trabajan en la cantina del club tanto en partidos de la primera como cuando compite el U17. “Hay que estar una hora antes del partido, coordinar tareas de cocina, servir, lavar. Y aún así, lo hacemos con satisfacción”, relataron.
La red de apoyo se amplía: “Se suman abuelas, amigos, padres de otras categorías, que donan o compran lo que ofrecemos. Es una movida que trasciende al grupo, y eso nos emociona”.
Felipe, compromiso y emoción en la cancha
Como familia de Felipe, la presencia en los partidos es parte de su rutina. “Buscamos la manera de estar cerca. A veces se resignan planes personales para acompañarlo, pero lo hacemos con orgullo”.
Felipe también compartió su mirada con EL ARGENTINO: “Para mí este logro es una experiencia que no voy a olvidar, tanto por lo deportivo como por el grupo”. Palabras que sintetizan el espíritu de un equipo que se construye dentro y fuera del rectángulo de juego.