Está previsto que Rousseff desembarque en Buenos Aires hoy por la noche -aunque no se descartaba que lo hiciera el mismo lunes por la mañana-, acompañada por el canciller Antonio Patriota y un grupo de ministros, en el marco de una breve vista de menos de doce horas.

El hecho de que la sucesora de Lula Da Silva decidiera inaugurar su agenda internacional en la Argentina fue interpretado por la Casa Rosada como un fuerte gesto hacia su principal socio regional.

Mañana a las 11:30 está previsto que la mandataria brasileña y su delegación arriben a la Casa Rosada, donde serán recibidos por Cristina Kirchner y sus ministros en una breve ceremonia en el Salón Blanco.

Posteriormente, ambas jefas de Estado se trasladarán al despacho presidencial para mantener un encuentro privado y, acto seguido, se reunirán con integrantes de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo en el Salón de los Científicos de la sede gubernamental.

La presidenta brasileña comparte con las organizaciones de derechos humanos un pasado de resistencia contra las dictaduras militares en Latinoamérica en las décadas del 60 y 70 y, de hecho, por su activismo estuvo presa durante tres años, entre 1970 y 1973.

Luego, Cristina Kirchner y Rousseff mantendrán en el Salón de las Mujeres una reunión ampliada con los ministros de ambos gabinetes, donde se rubricarán acuerdos de cooperación en materia de biocombustibles y temas sociales, adelantaron fuentes brasileñas consultadas por Noticias Argentinas.

La actividad que realizarán ambas mandatarias en Casa de Gobierno finalizará con una breve declaración conjunta que Cristina Kirchner y Rousseff brindarán ante los periodistas.

Por último, las presidentas y sus comitivas se trasladarán hacia el Palacio San Martín, sede de la Cancillería, donde Cristina Kirchner ofrecerá el tradicional almuerzo de agasajo: además de las delegaciones de funcionarios, fueron invitadas un total de 200 personas, la mayoría de ellos empresarios argentinos.

Por la tarde, Rousseff emprenderá el regreso a Brasil ya que, a pesar de que en un primer momento tenía previsto trasladarse de Buenos Aires a Montevideo para reunirse con José Mujica, la diplomacia brasileña prefirió organizar una visita especial al país oriental en febrero próximo.

La breve estadía de la mandataria brasileña en Buenos Aires obligó a la cancelación de una visita al edificio de la ex ESMA, donde ahora funciona el Museo de la Memoria.