Redacción EL ARGENTINO
El presidente de la Asociación de Citricultores de Santa Ana, Mario Toler, expuso ante el Consejo de Delegados del Distrito III Entre Ríos de Federación Agraria sobre la situación que atraviesa el sector y la necesidad de avanzar en una reforma laboral que contemple las particularidades de la citricultura.
Durante su intervención, Toler explicó que asociaciones de productores e instituciones de Entre Ríos y Corrientes presentaron un proyecto con el objetivo de generar un esquema que favorezca tanto a empleadores como a trabajadores. El eje del planteo está puesto en la etapa de cosecha, donde se concentran los mayores conflictos laborales. Según detalló, en el esquema actual muchos operarios no acceden a beneficios sociales ni realizan aportes jubilatorios, lo que deriva en un elevado nivel de litigiosidad.
En ese marco, cuestionó la denominada “industria del juicio” y advirtió que los reclamos judiciales no fortalecen el sistema previsional ni garantizan derechos a largo plazo. Si bien reconoció que el nuevo esquema implicará un mayor costo para los productores, sostuvo que permitirá brindar previsibilidad y seguridad jurídica para sostener la actividad.
Toler también alertó que la falta de certezas desalienta inversiones. Señaló que numerosos propietarios de galpones de empaque optan por no ampliar su estructura productiva y mantener estables sus hectáreas ante el temor a futuros conflictos laborales.
El dirigente citrícola subrayó además que la dinámica del sector cambió en los últimos años. A diferencia de etapas en las que la zafra se concentraba en pocos meses, hoy la incorporación de cámaras de frío y nuevas variedades extendió el calendario productivo. Esto genera contrataciones breves y rotativas, con cuadrillas que trabajan uno o dos días para distintos productores del macizo citrícola, una modalidad que presenta serias dificultades legales.
Ante este escenario, planteó la necesidad de implementar un sistema ágil de altas y bajas diarias. Consideró que los actuales requisitos administrativos resultan excesivos y propuso un mecanismo simple que permita registrar al trabajador sin que la relación laboral implique la pérdida de planes sociales. A su vez, destacó que una reforma podría garantizar aportes previsionales y cobertura de obra social para los operarios.
Finalmente, Toler remarcó el rol social de la citricultura como economía regional intensiva en mano de obra. No obstante, advirtió que los eventos climáticos adversos registrados este año, en especial las heladas y el granizo, afectaron la calidad de la producción, redujeron la demanda laboral y acortaron una zafra que finalizó antes de lo habitual.