El Año Internacional de las Cooperativas 2025 concluyó con un mensaje contundente: las cooperativas no solo son una alternativa económica, sino un modelo capaz de transformar realidades y construir sociedades más justas.
Domingo, 28 de Diciembre de 2025,
9:00
Redacción EL ARGENTINO
La Asamblea General de la ONU, al declarar este año de reconocimiento, puso en el centro del debate global la importancia de estas organizaciones que hoy suman más de 3 millones en todo el planeta, generando empleo para alrededor del 10% de la población mundial.
La magnitud del movimiento cooperativo es difícil de ignorar. En Europa, existen unas 250.000 entidades que agrupan a 163 millones de socios, mientras que en España se contabilizan más de 19.000 cooperativas, representando el 7,6% de las de la Unión Europea. En América Latina, el modelo se expande con fuerza en sectores como la producción agrícola, el crédito, la vivienda, la construcción, la textil, la gastronómica, la de salud y la comunicación, consolidándose como herramienta de inclusión y desarrollo.
Un modelo inclusivo
La ONU destacó especialmente el aporte de las cooperativas al trabajo digno y a la reducción de la pobreza, subrayando que su estructura democrática y solidaria permite que millones de personas accedan a oportunidades que de otro modo quedarían fuera de su alcance. Además, se reconoció su papel estratégico en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), al promover prácticas sustentables, fortalecer la economía local y fomentar la igualdad de género.
El lema que acompañó este año internacional, “Las cooperativas construyen un mundo mejor”, no fue una simple consigna. Se convirtió en un llamado a renovar compromisos y a consolidar políticas públicas que favorezcan el crecimiento de este modelo. En ese sentido, la ONU sugirió que cada década debería celebrarse un nuevo Año Internacional de las Cooperativas, para mantener viva la visibilidad y el reconocimiento hacia estas organizaciones.
En el cierre de 2025, el movimiento cooperativo se proyecta hacia el futuro con renovada energía. Jóvenes emprendedores, comunidades rurales y sectores urbanos encuentran en las cooperativas un espacio de pertenencia y desarrollo. El desafío ahora es ampliar su alcance, fortalecer marcos legales y garantizar que la solidaridad organizada siga siendo motor de transformación.
Las cooperativas, con su capacidad de unir esfuerzos individuales en proyectos colectivos, demuestran que otro modelo económico es posible. Un modelo que no se mide solo en cifras, sino en la calidad de vida que genera, en la dignidad que asegura y en la esperanza que siembra.
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