La cabeza de lista bonaerense enfrenta críticas por mensajes discriminatorios publicados entre 2017 y 2024, antes y durante su militancia política.
Redacción EL ARGENTINO
Karen Reichardt, recientemente designada como cabeza de lista de La Libertad Avanza (LLA) en la provincia de Buenos Aires, quedó en el centro de la polémica tras la aparición de viejos tuits con contenido racista y homofóbico. Los mensajes, difundidos en redes sociales, generaron un fuerte repudio y abrieron un nuevo frente de crisis para el oficialismo, todavía afectado por la salida de José Luis Espert y el bloqueo de la candidatura de Diego Santilli.
Los registros publicados por usuarios en X muestran una serie de publicaciones realizadas entre 2017 y 2018, en las que Reichardt utilizó expresiones como “negros grasas” o “bloquear a estos negros es un placer”, refiriéndose a hinchas de fútbol y otros usuarios. En otro mensaje, del 5 de marzo de 2018, ironizó con una imagen de los Reyes Magos en tono racista, reforzando estereotipos sobre personas afrodescendientes.
A pesar de que algunos de esos tuits fueron eliminados, las capturas se viralizaron y dieron lugar a cuestionamientos sobre su idoneidad como candidata. La controversia creció al descubrirse que, incluso ya vinculada a La Libertad Avanza, Reichardt había publicado mensajes homofóbicos en noviembre de 2024. En uno de ellos escribió: “Conozco sus cabezas, en el fondo te odian si sos linda... hablo del 80%. Hay un 20% que se puede salvar”, en referencia a personas de la comunidad LGBTQ+.
El episodio desató una ola de críticas desde distintos sectores políticos y sociales. Colectivos por la diversidad sexual denunciaron que los dichos “no son errores del pasado, sino manifestaciones de odio”, y reclamaron a Javier Milei y a la dirigencia libertaria que definan su posición frente a la candidata.
Desde el entorno de Reichardt aún no hubo declaraciones públicas, aunque allegados intentaron minimizar el hecho aludiendo a “comentarios antiguos y fuera de contexto”. Sin embargo, la controversia amenaza con golpear a un espacio político que ya atraviesa tensiones internas y enfrenta una campaña marcada por las acusaciones cruzadas y la pérdida de apoyo en sectores moderados.
Mientras crece la presión para que LLA revise la postulación, el caso de Reichardt reaviva el debate sobre los límites del discurso público en redes sociales y el impacto que tiene el pasado digital en la carrera política de los nuevos referentes.