
Al menos cinco delincuentes armados ingresaron a la vivienda en el barrio cerrado camino al Ñandubaysal y se llevaron dólares y pesos.

Por Carlos Riera
Pocos minutos antes de la medianoche del jueves, una mujer de 78 años que se encontraba mirando televisión junto a su hijo de 54 años, en una vivienda ubicada en el barrio cerrado Prados de La Adelina, fueron víctimas de un violento asalto por parte de delincuentes que irrumpieron armados la tranquilidad de la noche.
Según pudo saber EL ARGENTINO, madre e hijo se encontraban en la planta alta de la propiedad, acostados, mirando televisión, cuando fueron sorprendidos por cinco delincuentes armados y con los rostros tapados con pasamontañas negros y vestimentas negras, que de forma inmediata comenzaron a gritarles y a exigirles que les entregaran todo el dinero que había en la casa.
Uno de los cinco asaltantes se cree que pudo haber sido una mujer, por su contextura física, y de los cinco delincuentes, tres de ellos estaban armados con armas cortas, que apuntaban a las víctimas desde distintos ángulos, mientras los otros dos revisaban los placares de las habitaciones y pedían porque les entregaran el oro.
Los ladrones revisaban cada rincón de la casa y como los minutos pasaban y no tenían éxito en lo que buscaban, comenzaron las amenazas. Uno de los asaltantes le sacó los cordones de las zapatillas al hombre de 54 años y con ello lo maniataron de las muñecas y los tobillos. A la mujer la colocaron sobre la cama y a su hijo lo dejaron arrodillado en el suelo con la cabeza apoyada en la cama, mientras le decían que, si no les daba lo que estaban buscando, la iban a “cortar” a su mamá.
El hombre no dudó y les indicó dónde tenía guardado el dinero de sus ahorros. Les enseñó que se encontraba en un cajón, y cuando uno de los delincuentes lo encontró, comenzó a recriminarle que era poco, siendo que se trataba de unos cinco mil dólares y unos 150 mil pesos argentinos.
Continuaron pidiéndole por más. Le decían: “dónde está lo otro”. Claramente, y por el nivel de organización que habían tramado, llegaron a la casa con el dato de que en ese lugar había una suma mayor a la que habían encontrado. Fue allí que para amedrentarlo comenzaron a golpearlo en la cabeza con la culata de una de las armas cortas, pero no consiguieron nada más.
Estuvieron alrededor de 20 minutos o más exigiendo por el resto del dinero, y mientras tres o cuatro de los delincuentes se mantenían con las víctimas en la habitación de la planta alta, el resto de los cómplices registraba cada una de las dependencias de la vivienda, hasta que decidieron abandonar el lugar. Metieron el dinero en una mochila y se fueron de la misma forma que entraron al barrio: caminando.
Prados de La Adelina está calificado como barrio cerrado, pero lo cierto es que no tiene prácticamente la seguridad que identifica a este tipo de emprendimientos inmobiliarios. Por lo cual, los investigadores creen que pudieron haber ingresado al predio privado “por cualquier lado”, aprovechando la falta de seguridad y la desolación de vecinos que tiene el lugar.
Luego que los delincuentes se fueron de la casa, las víctimas permanecieron maniatadas por unos 20 minutos hasta que finalmente pudieron desatarse y escapar en el auto que -extrañamente – no se llevaron los delincuentes, pese a encontrarse las llaves del vehículo a simple vista, al igual que un teléfono celular.
La denuncia se realizó en la primera hora de la madrugada de este viernes y desde entonces se está trabajando para tratar de dar con los responsables del hecho. Como el barrio no tiene cámaras de seguridad propias, la Policía busca entre las cámaras de los vecinos algún detalle que permita orientar hacia dónde escaparon y si abordaron algún vehículo que los estuviera esperando del otro lado del alambrado perimetral.
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