Redacción EL ARGENTINO
Mañana a las 20 en la Casa de la Cultura, el artista Diego Abu Arab dará por inaugurado “Gualeguaychú Dibujada”, que es uno de los proyectos ganadores del Culturar Guale 2022.
“Mi dibujo tiene más el rol de una escritura, lo que se escribe queda, lo que se dibuja queda, revisar es saber dónde estuvo uno, en qué circunstancia. A veces mirando para afuera, otras para adentro”, destacó el artista. Todo eso está unido en Gualeguaychú que fue y es el escenario de esta muestra.
Diego Abu Arab, es dibujante, nació en la localidad bonaerense en Lanús, pero con familia y raíces en Gualeguaychú, ciudad que eligió para vivir hace 7 años. Reconoce que su arte ha estado más ligado a recrear en un quehacer colectivo tramas y lazos de solidaridad, comunidad, antes que, para hacernos olvidar de los problemas, develarlos y transformarlos en algo virtuoso.
Con una formación nutrida de herramientas de la ciencia política, las bellas artes y los oficios de la ilustración, la historieta, la pintura y el dibujo a gran escala como la pintura mural, Diego Abu Arab es uno de los artistas plásticos locales con más intervenciones en el espacio público de Gualeguaychú.
En esta muestra construida con el apoyo del Premio Fondo de Cultura de Gualeguaychú “Culturar Guale”, aborda la cuestión de la memoria de la propia ciudad, en imágenes que ensayan una visión sobre la identidad.
La obra está montada en tres espacios o secciones a recorrer. La intervención al frente de la Casa de la Cultura. Un espacio y muestra de obras de gran tamaño y una sala abarrotada de ilustraciones, bocetos; retratos y autorretratos; poesía dibujada; trabajos más oníricos, paisajes; pensamientos dibujados; historietas; instalaciones; y un cuarto completo o lienzo de papel de 360°, en el que el artista ofrece una experiencia de producción de un dibujo en vivo de la ciudad entera, siendo el arte parte de la exposición mientras el público puede recorrer y habitar la obra, su ciudad.
“Me preguntaban por qué dibujar la ciudad entera. Hace no tanto, desde la creación de los puentes (con Buenos Aires) la ciudad empezó ese cambio de pueblo a ciudad, proceso que se ha intensificado en los últimos años. Recuperar la noción de pueblo es importante para que no te coma el monstruo de la ciudad, en el sentido de las divisiones sociales, los guetos que se crean, la naturalización de las desigualdades o la no habilitación de cruces interculturales, por ejemplo. A pesar de ser una ilustración grandísima, Gualeguaychú todavía está al alcance de la mano, literalmente… Todavía tiene una dimensión humana, que creo tenemos que resguardar; y la forma de protegernos puede venir del arte también”, reflexionó.