
Por 4
El asesinato de Norma Bustos en Rosario causó conmoción en esa ciudad y en todo el país, que la conoció allá por el año 2008 cuando comenzó a denunciar la actividad de bandas de narcotraficantes en esa ciudad, más precisamente en su barrio la Tablada.
Su hijo fue asesinado en 2013 y ahora ella también perdió la vida, y si bien aún no se saben quién o quiénes son los asesinos, todas las miradas apuntan al mismo grupo que le quitó la vida a su hijo.
Y este caso, que sucedió a menos de 300 kilómetros de Gualeguaychú y que tuvo como protagonista a una madre que se animó a denunciar algo de lo que pocos hablaban, es un llamado de atención. Rosario es una ciudad que está prácticamente controlada por los narcos y en materia de seguridad, es poco lo que se hace.
Y este caso es un indicador de que Argentina no está exenta de la preocupante realidad que viven países como Colombia, solo por nombrar al más complicado en esta materia.
La realidad de zonas liberadas, de movimientos de bandas que no están siendo controladas y el crecimiento de la violencia, no nos escapa y es momento de comenzar a hacer algo para revertir esta situación.
De nada sirven los discursos alarmistas respecto al avance del narcotráfico sirve tomar medidas concretas y acciones para afrontar los verdaderos problemas que aquejan a muchas ciudades argentinas; no solamente en relación a la venta de drogas, sino en otros mercados ilegales, como el tráfico de armas.
En la ciudad se han realizado operativos que han desbaratado bandas que se dedican a la venta de drogas y ese es el camino que se debe profundizar para velar por la seguridad de la ciudadanía.
Comentarios
