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OPINIÓN

Sin área de Géneros y Diversidad jerarquizada tenemos un déficit liberal

Según el decreto de cambio en el organigrama de ministerios, DNU-2023-8-APN-PTE, que aún debe ser tratado por las cámaras del Congreso de la Nación conforme la Ley 26.122, el gobierno se enmarca claramente en una perspectiva neoconservadora que lo define lejos del liberalismo con foco en el progreso dentro de las sociedades abiertas y plurales que, en muchos casos, el mismo Milei cita.

Sábado, 16 de Diciembre de 2023, 22:45

Redacción EL ARGENTINO

Por Javier Cubillas

 

 

Es cierto que, no todos los liberales clásicos se ocuparon de temas culturales o de identidad, en tanto en el contexto de debate de las ideas en el siglo de la formación de las naciones, constituciones republicanas y liberales, no era una problemática o prioridad. Lo urgente era unir territorios, fijar pesos y monedas, instituir aduanas, fortalecer poderes de gobierno y establecer la paz civil en contextos en dónde la religión era un aglutinador de identidades y las revoluciones o las facciones aún estaban a la orden del día y se temía a la tiranía de la mayoría.

Pero no muy lejos de estos escenarios, Mary Wollstonecraft, filósofa británica, ya a fines del 1700 exponía en una obra original la disputa de la asimetría entre el hombre y la mujer y la necesidad del reconocimiento en materia de educación y aspiraciones sociales. También, liberales como John Stuart Mil y Harriet Taylor, matrimonio inglés de mediados del 1800, ya plantearon en aquella época Victoriana la igualdad de los sexos y la necesidad de reconocer a la mujer sus lógicas libertades para ejercer derechos sociales, políticos y laborales.

Más cerca en el tiempo, desde las posturas de Mead, Rand, Pateman, Moller Okin, Nussbaum, Benhabib, o Blanco Gonzaléz, entre otras, vemos pensadoras que se inscriben dentro de las corrientes contemporáneas individualistas, liberales, socialistas y/o socialdemócratas, todas perspectivas que buscan la libertad individual y romper con los estereotipos sociales respecto de los hombres y mujeres que someten a sus pares. Buscan y revitalizan la igualdad real, no solo el punto de partida legal que resulta insuficiente cuando llega tarde, es producto de acciones judiciales reparatorias o viene a disminuir asimetrías ex post. Alientan la iniciativa, la diferencia, la proactividad, el esfuerzo y la capacidad para no someterse a ningún monopolio interpretativo cultural que sostenga asimetrías.

Motivo por el cual, primero, llama la atención y resulta muy poco reflexivo y adecuado al contexto de complejidad y crisis social en el que vivimos, que se quiera anular la importancia y jerarquía del Ministerio de Mujer, Géneros y Diversidad mediante el recorte presupuestario cuando en esa área se puede rediseñar y reimpulsar políticas para conocer la violencia en todos los contextos en el que los géneros y la diversidad de estilos de vida se vean afectados. Basta con ver los indicadores de violencia, homicidios, acoso sexual y trabajo mal pago o no remunerado, para dar cuenta de qué flagelo estamos hablando.

Por otro, es grave, también creer que con esta medida institucional se cancela y se opacará al activismo más radicalizado del feminismo dentro del debate político. La democracia republicana y liberal tiene como pilar a la libertad de expresión, la libertad del ejercicio del derecho político y es un grave error de principiantes y una contradicción con el liberalismo más altivo si nos atenemos a la definición del Dr. Benegas Lynch (H) que Milei ha expresado hasta el cansancio: “El liberalismo es el respeto irrestricto del proyecto de vida del prójimo, basado en el principio de no agresión, en defensa de la vida, la libertad y la propiedad”.

Con lo cual, es totalmente debatible en democracia el monto de la partida presupuestaria, el rango ministerial o no, los contenidos y programas que se ejecutan, la perspectiva que se imprime a la gestión de un área que maneje esa política pública, la extensión y alcance de las políticas de prevención y contención, pero lo que no puede hacerse es cancelarla.

Hacerlo, es el equivalente a cerrar el Ministerio de Seguridad de la Nación, en su faz de prevención y combate a la violencia interior y en particular entre géneros, o cerrar el Ministerio de Educación, en su faz de educación, capacitación, sensibilización sobre el respeto a la diversidad y que no hay géneros inferiores entre sí. Espero sirvan los ejemplos para dar cuenta de qué efectos estamos hablando.

Hubiese sido más propositivo plantear un rediseño del área jerarquizando la asistencia y prevención de la violencia a los géneros y el fortalecimiento al respeto a la diversidad de los proyectos de vida, en tanto estamos insertos culturalmente en un contexto de debate político y deconstrucciones de instituciones sociales en donde el respeto, dentro de la ley, a la diferencia es una condición sustancial en la vida cívica. Miremos los ejemplos de ciudades metropolitanas, plurales y multiculturales, como Nueva York, Los Angeles, Londres, Madrid, París, o Ciudad de Buenos Aires, en donde los debates sobre estas temáticas están abiertos, pero primero la diversidad se reconoce, después se debate y negocia las políticas, pero nunca se cancela o se niega.

En este aspecto, no hay que olvidar incluso las leyes marcos que reconocen a los tratados y convenciones con rango constitucional de prevención a la violencia de la mujer, como también a los ODS 3, 5, 8, 10 y 16 de la Agenda 2030, e inclusive, a las recientes convenciones y recomendaciones de la Organización Internacional del Trabajo para el combate de la violencia y acoso laboral por cuestiones de género.

Por todo lo anterior, creo humildemente, que se pierde una oportunidad importante para demostrar que el liberalismo es progresista en el buen sentido de la política pública, en tantos genera instituciones que reconocen y ayudan a liberar las expresiones de las diversivas identidades respecto de las posturas que son. contrarias o reaccionarias como las conservadoras, colectivistas o marxistas que en nada comulgan con un ideario clave para la civilización occidental como es el real liberalismo en consonancia con la democracia representativa y constitucional. En todo esto, también hay una batalla cultural por afianzar que muchos niegan o la distorsionan.

*Analista de Asuntos Públicos.

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