
Por Waldemar Oscar von Hof (*)

Redacción EL ARGENTINO
“Silvestrar” es un concepto que tienen algunas culturas y es el de retirarse a la naturaleza para reflexionar, aprender, pero sobre todo descansar. Joselo Schuap, compositor y cantor misionero, en su canción “Nuevas Mentes” recupera este concepto. Plantea en ella que “silvestrar” es un tiempo para recuperar el compromiso de cuidarse a uno mismo, cuidar al otro, como también a la naturaleza y al mundo en que vivimos.
Esta actividad, que en el fondo es un tiempo de “no actividad”, la tenía el pueblo guaraní en la primavera. En este tiempo de renovación de la naturaleza grupos, o personas en total soledad, se retiran al monte para observar el renacimiento de la naturaleza, reflexionar sobre la vida para luego volver a su comunidad, totalmente renovado.
En la Biblia se nos cuenta que Jesucristo se retiraba una y otra vez a un recóndito lugar, como el desierto o a algún cerro, para rezar, orar o estar en silencio. Seguramente este tiempo también lo necesitaba para recargar sus energías después de haber estado con la gente, saliendo al encuentro de necesidades, de preocupaciones y de angustias vividas. Los evangelistas dan testimonio de conversaciones de Jesús con Dios y con sus discípulos como una forma de reflexionar, para poder seguir mirando hacia adelante en la vida.
El escritor y profesor de Filosofía y Estudios Culturales en la Universidad de las Artes en Berlín, Alemania, Byung-Chul Han, afirma que como sociedad occidental hemos perdido la capacidad de no hacer nada. La sociedad del consumo y del “tener que hacer” nos obliga a producir y rendir al máximo perdiéndonos la posibilidad del disfrute, de descanso y del ocio tan necesario para mantener el equilibrio y entereza como seres humanos. En “La Vida Contemplativa” un libro de fácil y amena lectura, el autor hace un elogio de la inactividad en contraposición al de la filósofa Hanna Arendt que exalta la vida activa, productiva y del “mucho hacer” como base del progreso, pero que llevado a su extremo desequilibra al ser humano y da lugar a la sobre explotación del hombre por el hombre y a la naturaleza misma.
Agosto y septiembre es un tiempo propicio para “silvestrar”, ahora que los días se ponen más cálidos y tibios. Estos primeros días primaverales son ideales para encontrar un tiempo y un espacio para retirarnos una hora, medio o hasta un día completo y descansar, recargar nuestras energías y encontrarnos con nosotros mismos. Un ejercicio que puede ir desde retirarnos unos minutos al jardín o a la plaza de nuestro barrio, hasta refugiarnos un día completo a la orilla de algún río o bosque cercano a nuestra ciudad. Es también, simplemente, encontrarse un momento con la vida silvestre de nuestro mundo que ahora, en esta estación, comienza su retorno a la vida. Dejarse fascinar por los brotes que van apareciendo en las ramas que hasta hace unos días perecían madera inerte. Admirar de cómo en gajos secos y deshidratados de repente surge, en una maravillosa alquimia, retoños, pimpollos de flores y la vida misma en su máxima expresión.
Algunos recomiendan llevar algo para leer, un libro, una poesía e incluso un cuento. Se me ocurre que -en este mes sanmartiniano-, los Aforismos o las Máximas, que escribiera el Padre de la Patria, don José de San Martín a su hija Merceditas, podrían ser un buen material. También se me ocurre que se podría tomar una sola, teniendo en cuenta este tiempo en que escuchamos a nuestros candidatos en su campaña por las elecciones, poniendo como ejemplo, la segunda Máxima a Merceditas: “Inspirarle amor a la verdad y odio a la mentira”.
Que tengamos un fructífero y enriquecedor tiempo de “silvestrar” en esta primavera que se acerca. Que podamos aproximarnos un poco a nosotros mismos, a nuestra esencia como humanos y al mundo que tanto de nuestro cuidado necesita.
(*) Waldemar Oscar von Hof es pastor de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata y escritor.
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