
Si bien una vida es inasible e imposible de abarcar, siempre hay fechas que se destacan del calendario, decisiones que posibilitan que ciertos hechos sean trascendentes y que marcan una existencia.
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Más que una biografía, es la reconstrucción -acaso como un eco- de hechos clave e importantes en la vida del flamante intendente.
Hijo del matrimonio de raíz española e irlandesa: Alberto José, su padre y Matilde Catalina Gear, su madre; Juan José Bahillo es un hombre de tres ciudades. Nació el 31 de mayo de 1966 en Urdinarrain, aunque sus padres lo inscribieron en el Registro de Gilbert y hoy se ha convertido en intendente de Gualeguaychú. No es un dato circunstancial, porque las tres localidades lo han marcado siempre en la necesidad de tender puentes entre el campo y la ciudad.
Se le podría agregar una cuarta ciudad, lejana en kilómetros pero cercana familiarmente: la ciudad de Bahillo, localidad española del municipio de Loma de Ucieza en la provincia de Palencia, comunidad autónoma de Castilla y León. Desde allí y con catorce años de edad, emigró hacia Argentina su abuelo paterno.
Juan José Bahillo es el tercero de cinco hermanos: Tomás, psicólogo; Alicia, ama de casa; Ana María, profesora bilingüe; y Julieta, a cargo de la empresa que lleva el apellido de la familia.
Su infancia estuvo marcada por dos destinos: la vida en Gilbert y los estudios, primero en Villa Malvina y después en el instituto Pío XII en Gualeguaychú.
Diciembre de 1983, será otro hito. La democracia se había recuperado tras la dictadura más sangrienta de la historia nacional y él había finalizó la secundaria. Con el título bajo el brazo, se instala en Gilbert hasta marzo de 1986. ?Voté por primera vez en 1985 para elegir diputados nacionales, pero la recuperación de la democracia la viví intensamente, sin saber o sin tomar conciencia de que ahí estaba el futuro de todos los argentinos?, sostuvo al recordar aquellos años.
1986 será un año de cambios, no sólo porque deja el pueblo para ir a vivir a Paraná, sino porque decide estudiar Ciencias Económicas. Tenía veinte años y para sostenerse, se hace cargo de la sucursal de helados ?Bahillo? en la capital provincial.
Si 1986 será recordado por él como una fecha clave por los cambios de vida (nueva ciudad, estudios, responsabilidad laboral); ese año le dejará otra marca: su hermano mayor, Tomás, decide dejar el Seminario y se va a vivir con él e incluso le pide que le haga un lugar en la heladería.
En 1989 regresa al campo, abandonando sus estudios universitarios pero sin dejar las responsabilidades empresarias en Paraná. En abril del año siguiente se pone de novio con Adriana Pascual, su actual esposa.
1993 será otro hito: Su padre cierra la fábrica de dulce de leche y despide a los empleados, lo que conmociona a la familia. Juan José le insiste y le suplica al padre que le de una oportunidad para volver a abrir la fábrica y construir una experiencia más exitosa. Con la bendición de su padre se vuelven a contratar a gran parte de los empleados y el emprendimiento -que fue un desafío personal- logra posicionarse en el mercado.
Pero 1993 también será una instancia de grandes desafíos y emprendimientos, de desprendimientos y volver a empezar. Se vende el campo de Gilbert y se compra el campo en la zona de Las Piedras, donde actualmente funciona el tambo. Este hecho también implicó múltiples retos. Una propiedad más pequeña, el inicio de una actividad que se funda (el 5 de mayo de ese año) con apenas treinta vacas (hoy posee poco más de 300) y fundamentalmente no perder la relación con la actividad productiva.
Y en diciembre -siempre en el intenso 1993- se casa con Adriana, con quien luego tendrá cuatro hijos: Manuel, María, Pedro y Eugenia.
En septiembre de 1997 se vende la fábrica de dulce de leche con activos y posicionada en el mercado. No fue un cierre, sino un alta. Juan José Bahillo tenía 31 años de edad y dos años más tarde -en 1999- el padre lo nombra responsable absoluto de la empresa.
El 2003 también lo marcará como un hito: En marzo, su amigo Guillermo ?Pemo? Guastavino le propone ser diputado provincial. Las cartas en la política no estaban todas a favor. Guastavino ni siquiera sabía si iba a ser vicegobernador y todavía resonaba muy fuerte ?el que se vayan todos?.
No obstante, en mayo de ese año acepta la propuesta, teniendo en cuenta que no iba a estar sólo y con el compromiso de Guastavino de asistirlo de la misma forma en que gestionaron cuando compartieron la Comisión Directiva del Club Racing en 1992.
El 21 de julio de 2003, Bahillo vive su primera experiencia de compulsa electoral atravesando la interna nada menos que del aparato del Justicialismo. Fue la primera vez que leyó su nombre en una boleta electoral. En diciembre asume como diputado provincial.
Desde lo ideológico, Bahillo se identifica ?como de centro izquierda, porque padecí las políticas de la centro derecha?.
El 18 de marzo de este año también es otra fecha clave: es elegido como el nuevo intendente de la ciudad. Fue la segunda vez que el apellido Bahillo disputaba una elección para acceder a la intendencia, porque en 1987, su padre, se había postulado para ese cargo a través de la Unión del Centro Democrático.
Ayer fue otro hito: asumió como intendente y dijo al final de su discurso que: ?Junto a todos ustedes, vamos a hacer realidad el sueño de que Gualeguaychú siga siendo el mejor lugar para ver crecer a nuestros hijos?.
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