Los asambleístas de Gualeguaychú celebraron la llegada de la Navidad a metros del Puente Internacional ?General San Martín?, que vincula a la ciudad con Fray Bentos y con las luces de la empresa Botnia de fondo, que trabajó normalmente.
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Aunque varios vehículos realizaron el trámite migratorio, sólo permitieron el pase de seis de sus integrantes, mientras el predio de la contaminante empresa contó con un dispositivo de seguridad muy cerrado a cargo de la Prefectura Nacional Naval.
No obstante, fueron numerosos los vecinos que se sumaron al encuentro en el puente y también participaron ciudadanos uruguayos. Si bien la intención era cruzar a Fray Bentos, no pudieron hacerlo por las extremas medidas de seguridad impuestas del lado uruguayo, que fueron coordinadas a la distancia por los Servicios de Inteligencia que actualmente responden a los mandos de la Armada.
A pesar de esta situación, los asambleístas de ambas orillas brindaron de manera simultánea: los argentinos a las 23 y los uruguayos a las 24 (por la hora de diferencia).
La empresa Botnia, que es temerosa de la población civil, contó con un doble vallado, con una zona de exclusión y un cordón de efectivos pertenecientes a la Prefectura Nacional Naval y a la Policía de Río Negro, además de los servicios de inteligencia que le aseguraban que los asambleístas no pasarían de manera masiva.
La Prefectura Nacional Naval se comporta como gendarmes de Botnia y más que una fuerza pública al mando del gobierno se parece cada vez más a una empresa privada de seguridad que recibe órdenes de los gerentes de la planta.
Los asambleístas y varios ciudadanos uruguayos pudieron no obstante volver a abrazarse en el río, arrinconando a la empresa y a la Prefectura en sus propios miedos infundados.
Europa tiene que saber que una de sus empresas, provenientes nada menos que de Finlandia, sólo puede producir contando con un fuerte dispositivo militar y de seguridad que ni siquiera en la época de la dictadura se le ofrecía a las empresas. La imagen en el predio de Botnia es propia de la época colonial. Mientras que la del puente, con vecinos encontrándose para celebrar Nochebuena fue la imagen de la integración de la gente, esa que tanto niega el Mercosur.