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A quien no le ha sucedido, estar en su hogar realizando alguna tarea -cocinando por ejemplo-, descansando o lo que es peor aún, durmiendo la siesta y recibir un llamado inoportuno. Pero en este caso se hace referencia a esos llamados que de inoportunos pasan a fastidiosos y hasta impertinentes.
Y con esto se hace referencia a los llamados de empresas de servicios, entidades bancarias, aseguradoras, que quieren vender algún producto o servicio a sus clientes.
Si bien muchos de los operadores que se comunican son respetuosos, existen otros que dejan mucho que desear, llegando a imponer lo que desean vender y, en caso de que del otro lado de la línea no encuentren una respuesta afirmativa, enojándose y cortando el teléfono.
La cuestión es que con el paso de los años y ante el hartazgo de las personas, han modificado las estrategias y ya no llaman para “ofrecer” algo sino para “contarte un beneficio”. Y los llamados suelen comenzar con alguna frase similar a esta: “usted ha sido seleccionado dentro de miles de clientes para ser favorecido con…”
Por supuesto que ese beneficio nunca es gratis y es ahí donde el cliente suele darse cuenta de que en realidad le están queriendo vender algo, solo que con otro “cuentito”.
Hay que tener cuidado porque muchas veces toman como una respuesta afirmativa cualquier Si que se mencione en el diálogo, sin que esto sea una aceptación del ofrecimiento.
Pero lo peor sucede cuando el cliente responde que no le interesa, ya que en ese caso el amable y sonriente operador se volverá impertinente e irrespetuoso y lo hará sentir casi un tonto por no aceptar su ofrecimiento.
Sin dudas que situaciones como esta no son necesarias y las empresas no deberían permitir que se maltrate de esa manera a sus clientes.
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