
Muchos analistas intuyen que por más que se envíen 100 tanques, el curso de la guerra en Ucrania no cambiará demasiado. Tal vez el envío de tanques por parte de Alemania y Estados Unidos tenga entonces otro simbolismo, más geopolítico que militar.

Redacción EL ARGENTINO
Por Ricardo Auer
En los últimos días, tanto Alemania como EEUU han decidido entregar cierta cantidad de tanques “estrellas”, el Leopard y el Abrams, a Ucrania para “defender su territorio”. Silogismo para decir que no están autorizados para atacar a Rusia en “su” territorio. Surge el interrogante: ¿El territorio de habla rusa, el Donbass, declarado por Rusia como perteneciente a su Federación, a quién pertenece?
Por otro lado, enviar tanques al lejano frente de batalla, saliendo desde las fronteras no es tarea sencilla, desde lo logístico y la seguridad. Ucrania tiene fronteras con Bielorusia, Polonia, Eslovaquia, Hungría, Rumania y Moldavia. De todas ellas solo Polonia y tal vez Eslovaquia podrían ser la puerta de entrada.
La necesidad de ferrocarril para transportar tanques tan pesados (60 toneladas) hace que las restricciones sean aún mayores; implica tiempos significativos de entrenamiento y un complejo armado logístico para el suministro de combustible, y de otros pertrechos para mantenerlos en operaciones en el frente de batalla. Tener dos modelos de tanques diferentes complica aún más toda la logística. Para que el accionar de estos modernos tanques sea decisivo en alguna batalla, necesita de forma concertada apoyo aéreo, uso complementario de artillería, infantería mecanizada y baterías de defensa aérea. Todo es posible lograrlo, pero con riesgos y costos muy altos.
¿Y si todo eso se lograra, el paso siguiente sería enviar aviones de combate? Muchos analistas intuyen que por más que se envíen 100 tanques, el curso de la guerra no cambiará demasiado en el Donbass, ubicado muy cerca de la frontera rusa. Tal vez el envío de tanques tenga entonces otro simbolismo, más geopolítico que militar.
La fuerte presión ejercida por EEUU y todo el conjunto político atlantista europeo, lograron imponerle a Alemania, que nunca quiso involucrarse en este nivel de compromiso militar, la entrega de tanques Leopard. Era el nivel necesario para lograr el efecto geopolítico buscado por EEUU: la imposibilidad de recrear un mundo multipolar basado en la libre existencia de varios espacios de poder dentro de la gran isla euroasiática.
La reciente y sorpresiva visita del canciller alemán Scholz a Beijing intenta preservar los lazos comerciales, ya que la unión de las economías china y alemana es conveniente para ambas partes. Como China seguirá siendo aliada de los rusos a largo plazo, significa que Alemania no está completamente “absorbida” por EEUU. La opinión del pueblo alemán está dividida, en cuanto a la entrega de los tanques Leopard, porque teme que se vuelva a recordar las dantescas batallas de tanques en el suelo ucraniano, durante la II GM. Malos recuerdos.
La ideología de “democracia vs autoritarismo” no hace mella en la mayoría de los países. Dicho de otro modo, no es tarea sencilla lograr armar la bipolaridad entre Occidente y China. Salvo Europa, Gran Bretaña, Australia, los demás países tienen su impronta propia y se resisten a las lecciones morales de Occidente. Inclusive diría que no les interesa la guerra en Ucrania. Pero EEUU y la NATO seguirán adelante en esta guerra de desgaste y debilitamiento, que durará más tiempo de lo previsto por ambas partes.
La población mundial. Pronto llegará a 10.000 millones, pero luego se equilibrará o descenderá, porque en los países más desarrollados las tasas de natalidad descienden fuertemente. En Alemania y Japón es de 1,4; en EEUU es de 1,6; en China ahora es de 1,3; en Corea del Sur es de 0,8 hijos por mujer. A este ritmo, dentro de 20 años en China habrá menos de 1.000 M de chinos. Aunque aumente mucho la población en África, no habrá superpoblación, pero surgirán otros graves problemas, entre ellos, las migraciones, con su deriva cultural, de conflictos sociales y de guerras.
Las guerras son siempre disputas entre las grandes potencias. La gran diferencia con la I y II GM es que en aquellos tiempos había una expansión demográfica; hoy, por el contrario, en los países más desarrollados hay depresión demográfica. Un modo de entender las guerras que conducen al ascenso y la caída de los imperios es por las tendencias demográficas o por la tasa de la mortalidad infantil, productos de desequilibrios sociales internos, de las aspiraciones de sus sociedades, del abandono de sus culturas, de las divisiones internas, del grado de las diferencias sociales y de otros parámetros socio-económico- culturales. El declive de una nación no siempre comienza por lo económico, en gran medida es cultural y se expresa poblacionalmente. Es interesante conocer las tasas de mortalidad de bebes por cada 1000 nacidos vivos, que no guarda relación directa con el poderío económico y militar, aunque si revela los desequilibrios de su sociedad. Tomando datos oficiales del Banco Mundial, entre 2000 y el 2020, vemos sus variaciones: Brasil de 30 a 13 (bajó 57%). Argentina de 18 a 8 (bajó 56%). EEUU de 7 a 5 (bajó 30%, aunque en esos valores bajos es más difícil mejorar). Rusia de 16 a 4 (bajó 75%). En última instancia, podríamos decir que toda guerra es producto de una gran crisis en al menos un país central.
Se debate si EEUU está en declive o se está repotenciando. Está claro que su influencia global está mermando. Por eso surgen desafiantes, principalmente China, a su poder hegemónico. Además de intentar debilitar a sus oponentes, EEUU está fortaleciéndose internamente, como consecuencia de su toma de conciencia del declive a que fue llevado por la ideología globalizadora. Sus principales políticas son actualmente: (1) Fortaleza como productor de energía. Actualmente es el principal exportador de gas natural licuado (GNL), expandido al gran mercado europeo; instalación de nuevas centrales nucleares, inclusive minicentrales, duplicando en los próximos 20 años, su producción energética nuclear, lo que le permitirá tener más cantidad de GNL para exportar; está financiando agresivamente la instalación de plantas de energía renovables. (2) Reindustrializando su poder industrial. Con la des-globalización como importante vector estratégico en marcha, EEUU quiere tener toda la industria posible en su propio territorio, especialmente la relacionada con las nuevas tecnologías, incluyendo los chips y microprocesadores, todo apoyado en financiamiento muy barato. (3) Enorme inversión en I+D. Cambiando la pendiente del declive en la inversión en I+D, EEUU se ha lanzado a una carrera de innovación para fines militares y civiles, facilitando todo tipo de emprendimientos que se instalen en su territorio. (4) Aumento del Capital Humano. Ya sea por incentivos a su población o principalmente por constituirse en una aspiradora de talento importado y de trabajadores necesarios para sus plantas fabriles. Por eso está imponiendo orden a las inmigraciones, para seleccionar lo que más le convenga. (5) Un dólar fuerte. Sabe que le están disputando seguir siendo la moneda de reserva y de las grandes transacciones del comercio exterior, principalmente de las commodities. Depende de otros actores estratégicos, cómo evolucionará este tema.
Nada está escrito. Todo sigue siendo incierto.
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