
No existe mejor herramienta para superar cualquier clase de vulnerabilidad que la educación. De la misma forma, no existe mejor herramienta para convocar al futuro y al desarrollo, que la educación.

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De hecho, una escuela siempre representa un espacio trascendente, donde se comienza a soñar con un mañana mejor. En eso, todas las escuelas se parecen. Pero en el caso de la Escuela Nº 47 “San José”, ubicada en calle Goldaracena, entre Camila Nievas y Borques, en pleno corazón del barrio Munilla, cobra una especial significación.
Esta institución escolar nació gracias a la tenacidad de un grupo de mujeres, algunas de ellas nucleadas en lo que hoy es Cáritas Fátima, que se propuso trabajar para evangelizar y educar a los niños y jóvenes que vivían más allá de Avenida Del Valle, que a fines de los años ’50 marcaba en parte el límite de la ciudad y el inicio de una zona vulnerable.
Esta escuela -que se inició dando clases en un vagón- recibió el mote de “Escuela del Vagón” y tras haber atravesado diferentes dificultades, posee diversas necesidades.
Los inicios de la Escuelita Vagón
El interés por la educación en el barrio Munilla, nombre recibe por el arroyo que lo atraviesa, surgió como prioridad de Las Hijas de María y Santa Inés –grupo de vecinos instados por quien era en aquel entonces el párroco de la Catedral, jorge Metz, para trabajar en la zona-, secundadas en un primer momento por las integrantes de la Fraterna Ayuda Cristiana de Fátima que luego pasó a ser Cáritas de Fátima.
Este grupo se abocó a trabajar en el Munilla, que era en aquel entonces una de las zonas más humildes de Gualeguaychú. Y, tras realizar diversos relevamientos y censos captaron que una de las necesidades más urgentes era la de educar y evangelizar a los habitantes de esa zona.
Fue tras esta inquietud que surgió la Escuela Nº 47 “San José”, conocida posteriormente como “la escuela vagón”.
La comunidad que dio origen a la escuela abarcaba la zona comprendida al Norte por calle Del Valle, al Oeste Carlos Pellegrini, al Este el Puerto y la Costanera y al Sur las vías del ferrocarril.
Esto ha cambiado en la actualidad, ya que concurren niños de barrios cercanos.
Los primeros pasos del establecimiento, luego de recibir la aprobación de la Dirección General de Enseñanza Privada, fueron dados en una casa antigua –ubicada en Goldaracena y Camila Nievas- y con un solo primer grado inferior. Pero, siempre la escuelita tuvo otros objetivos además de la educación, ya que intentaban sociabilizar e integrar a los niños que vivían más allá de la Del Valle.
Desde su surgimiento, en 1968, esta escuela tuvo que afrontar diversos embates, tanto de las crecidas del arroyo Munilla como de la gran creciente del 18 de marzo de 1978, cuando la escuela perdió todo lo que tenía y tuvo que mudar sus aulas a la unidad penal.
Hoy, los ataques que recibe la humilde escuelita son de otra índole. “Este año sufrimos tres robos en cuestión de meses. Primero intentaron entrar a la parte nueva de los jardines forzando la puerta pero no encontraron nada para llevarse. Luego, entraron a la preseptoria y robaron una guitarra y tablones del comedor. En el tercer robo entraron a la dirección y nos sacaron los pocos útiles escolares que teníamos y una estufa”, se lamenta la directora suplente, Jorgelina Benedetti.
Una gran familia
Según detalla quien está hoy a cargo de la dirección, la Escuela primaria Nº 47 “es de gestión privada pero los sueldos de los docentes son pagados por el gobierno provincial, quien también cubre los gastos de la copa de leche y del comedor”.
La escuela primaria, funciona por la tarde y comparte el edificio por la mañana con el Instituto Nuestra Señora de Fátima D-208.
En la actualidad posee una matrícula de unos 120 chicos y cuenta entre sus alumnos con niños integrados e incluidos –de IDEEA, Santa Rita y la Asociación Síndrome de Down.
En el presente no cuentan con una cooperadora pero la idea es conformar una sociedad de padres. “Estamos comenzamos a trabajar. La semana pasada se realizó una venta de tortas fritas entre las familias de los alumnos, para recaudar fondos”, explicó la directora suplente.
“Nosotros tenemos una realidad. Si bien los sueldos y el comedor están cubiertos la escuela no posee fondos para los gastos diarios y de mantenimiento, o por si surge un imprevisto, por eso vamos a comenzar a trabajar con los padres”, explica Jorgelina Benedetti.
La Escuela del Vagón posee seis grados, un jardín de cuatro y un jardín de cinco. Al vagón inicial se sumó una edificación por lo que desde hace unos años que este antiguo furgón ya no forma parte de las instalaciones.
Los niños que asisten a diario reciben, cuando llegan un plato de comida y a la tarde una taza de leche, mate cocido o te con leche con galletitas o galleta. En este sentido, la directora señala que “se les da un almuerzo a los chicos que desean comer en la escuela, que no son todos”.
Asimismo, Cáritas Fátima se hace cargo de la entrega de ropa a las familias y también colabora con parte de los fondos obtenidos en la colecta anual.
Un dato importante, es que en la escuelita del Vagón existen pocos casos de deserción escolar. “La matrícula que tenemos permanece y egresa”, relata Jorgelina Benedetti y añade: “Esta escuela es como una gran familia. Acá se trata de ayudar en todo lo que se puede a los alumnos y sus familias. Se trabaja con el tutelar, con la maestra integradora y se hace un seguimiento de los alumnos”.
Además, la escuela trabaja de manera articulada con el Centro de Salud del barrio, ubicado a unas tres cuadras del establecimiento educativo.
¿Con qué colaborar?
-Estufas eléctricas.
-Útiles escolares (cuadernos, hojas, lápices de colores y negro, gomas, pinceles, témperas, etc.)
-Una pava, tazas, vasos, platos, cubiertos y demás elementos para el comedor.
-Computadoras usadas pero que funcionen.
¿Cómo colaborar?
Comunicándose -a partir del 25 de julio cuando comiencen las clases- al 434444, entre las 13:15 y las 17:15. O yendo a la escuela ubicada en Goldaracena y Camila Nievas.
EL ARGENTINO Solidario
Desea llegar a todos los que necesitan colaboración de la comunidad y también a quienes brindan de alguna manera ayuda solidaria, ya sean instituciones, asociaciones, ONG, escuelas o empresas que posean proyectos con fines benéficos.
Si conoces a alguien que necesite ayuda o personas que la brinden, por favor comunicate al 427027 (Int 23).
Por Rocío Fernández
Fotografías Ricardo Santellán
EL ARGENTINO ©
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