Tori Dunlap impulsa el feminismo financiero y desafía los silencios que sostienen la desigualdad económica
Redacción EL ARGENTINO
La influencer financiera y autora estadounidense Tori Dunlap sostiene que hablar de dinero es “una de las cosas más subversivas que puedes hacer”. La frase, que encabeza la entrevista publicada por El País el 14 de diciembre de 2025, resume el espíritu de su libro Financial Feminist, donde redefine la independencia económica como un acto político, personal y profundamente transformador. Dunlap se ha convertido en una de las voces más influyentes del feminismo financiero, un enfoque que combina educación económica con la crítica a los sistemas que históricamente han limitado el acceso de las mujeres al dinero.
El dinero como herramienta de cambio
En la entrevista, Dunlap explica que el feminismo financiero parte de una premisa clara: el dinero es poder, y cuando las mujeres y personas marginadas acceden a él, el mundo se vuelve más equitativo. Para ella, la vergüenza que rodea las conversaciones sobre finanzas no es casual, sino un mecanismo cultural que beneficia a quienes ya concentran recursos. “La vergüenza prospera en el silencio”, afirma, y por eso insiste en que hablar de salarios, deudas, inversiones y dificultades económicas es un paso fundamental para romper desigualdades arraigadas.
Dunlap también subraya que la educación financiera no puede separarse de los sistemas que condicionan la vida económica de las personas. Racismo, sexismo, capacitismo y privilegio de clase moldean las oportunidades y los obstáculos. Por eso, su propuesta combina herramientas prácticas —como presupuestar, negociar o invertir— con una mirada crítica sobre las estructuras que perpetúan la brecha de riqueza.
Autonomía económica y autonomía corporal
La autora vincula directamente la libertad financiera con la libertad política y reproductiva. Sostiene que decisiones como interrumpir un embarazo, acceder a cuidados o sostener una familia tienen un impacto económico profundo, especialmente para quienes cuentan con menos recursos. En ese sentido, la autonomía corporal es también autonomía económica: sin control sobre el propio cuerpo, no hay posibilidad real de construir estabilidad financiera.
Dunlap advierte que el patriarcado se beneficia cuando las mujeres no hablan de dinero. El silencio, dice, mantiene salarios bajos, fomenta la dependencia y permite que industrias enteras lucren con la confusión financiera. Romper ese silencio es, para ella, un acto de resistencia que habilita nuevas formas de poder personal y colectivo.