
El Mercosur anunció el viernes medidas a favor de sus socios menores y ratificó su voluntad de consolidar la unión aduanera en momentos en que se ve confrontado a quienes piden su "disolución" y en que sus objetivos son cuestionados por su último adherente, el presidente venezolano Hugo Chávez.
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El mandatario paraguayo, Nicanor Duarte, reafirmó su compromiso con el bloque, "aunque sigue habiendo trabas que justifican los cuestionamientos y suministran argumentos para quienes sueñan con la disolución del Mercosur".
Pero eso sería "un equívoco irracional que tozudamente no comprendería la dirección irreversible del mundo actual", en el que "en todas las regiones los países se unen en bloques regionales", agregó.
Las críticas contra el Mercosur provienen de varios frentes, empezando por los sectores productivos de sus socios menores, Paraguay y Uruguay, contra las trabas que encuentran para acceder a los grandes mercados de Brasil y Argentina. Uruguay llegó a plantear incluso una flexibilización de las normas, para negociar un acuerdo comercial con Estados Unidos.
El presidente uruguayo Tabaré Vázquez, que asumió el viernes la presidencia semestral del bloque, insistió sin embargo en la apuesta integradora. "El camino de la integración no es fácil, pero es el único. Creo en el Mercosur", dijo en su discurso, antes de asumir la presidencia del bloque.
Otro desafío es el de los reclamos de Chávez a favor de un "nuevo Mercosur", con orientaciones antiliberales en lo económico y antiimperialistas en lo político. Venezuela inició su proceso de adhesión plena al bloque en 2006, pero está demorando en definir un calendario de apertura de sus mercados, lo cual causa insatisfacción en sus socios.
Chávez declinó a último momento asistir a la Cumbre, alegando una coincidencia de agendas con una visita que realiza a Rusia. Su vicepresidente, Jorge Rodríguez, reiteró sus planteos: "Nosotros creemos que quedarnos simplemente en una instancia donde solamente se discuta el comercio, el arancel (común) o la libertad aduanera no lleva al meollo de los problemas y por el contrario los profundiza", declaró.
Las medidas adoptadas en la Cumbre de Asunción van sin embargo en el sentido de calmar los reclamos contra las "asimetrías" en el comercio entre los socios sudamericanos.
Una de ellas eleva el porcentaje de componentes extra-zonales de los productos fabricados en Paraguay, para que puedan circular dentro del bloque con el arancel comunitario, y extiende el plazo de ese beneficio hasta 2022. Otra permite que los recursos del Fondo de Convergencia Estructural del Mercosur (Focem) no utilizados en 2007 puedan ser empleados en 2008. El Focem, con un presupuesto de 100 millones de dólares anuales, está constituido principalmente por aportes de Brasil y Argentina, para proyectos en Paraguay y Uruguay.
El presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, instó a sus colegas a afirmarse también en el frente externo, acelerar las negociaciones comerciales con otros bloques o países, tras el impasse de las negociaciones multilaterales de la Ronda de Doha de la Organización Mundial de Comercio. "Está claro que el Mercosur debe profundizar la asociación con otros países y bloques tanto en desarrollo como desarrollados, para fortalecerse de esta forma como interlocutor internacional", dijo Lula.
El jefe de estado argentino, Néstor Kirchner, abogó por su lado por la "integración energética", ante el riesgo de apagón provocado por el crecimiento económico de la zona. "En el tema de la integración energética, el Mercosur está a prueba", advirtió Kirchner.
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