
Por 4
El vocal de la Federación Entrerriana del Transporte Automotor de Carga (Fetac), Hermes Ludi, expresó su malestar por el último incremento de los combustibles, que redundó en una suba del costo de los fletes y derivará en un incremento de tarifas.
Los transportistas señalan que la incidencia del gasoil en el costo de los fletes es del 50 por ciento, en distancias por encima de los 300 kilómetros.
Esto es solo el comienzo de lo que nos ocasionará el momento en que estamos viviendo, que es el del fin de las energías baratas.
Hace ya seis años, el especialista Alieto Guadagni sostuvo que en la Argentina llegaba el fin de una época de energías económicas y exportables, y el comienzo de otra con energía cara y dependiente de las importaciones.
Ese diagnóstico, que le valió innumerables críticas del gobierno kirchnerista, ya se venía cumpliendo por más que muchos consumidores no lo notaran en las tarifas eléctricas.
Los mayores costos energéticos fueron ocultados por una avalancha de subsidios estatales que catapultaron el déficit fiscal, la emisión monetaria y reprimieron esa inflación estructural, además de impulsar un derroche del consumo a costa de mayores importaciones de gas y combustibles que terminaron por afectar las reservas del Banco Central. Y aunque en los últimos dos años se desplomaron casi 70% los precios internacionales del petróleo, la Argentina mantiene desde entonces un precio sostén ("barril criollo") que hoy los duplica en el mercado interno, a la inversa de lo que ocurría hace una década. El derroche alguien tarde o temprano lo tendrá que pagar y hoy nos toca a los consumidores.
Comentarios
