Conciencia y ejemplos

En la mañana de ayer las autoridades de la Cooperativa Eléctrica brindaron explicaciones respecto de la situación de emergencia que se vive en la ciudad luego de la caída de una veintena de columnas que sostienen el sistema en la zona rural.

Y tras insistir en la seriedad de la situación, instaron a un uso prudente de la energía, entendiendo que en un momento de emergencia, todos debemos deponer algo.

Por eso llama la atención que tantos comercios (de todos los rubros) sigan con sus acondicionadores encendidos y la puerta de acceso abierta, como si quisieran convidar con el aire fresco a los transeúntes.

No se quedan atrás las oficinas públicas, donde también parece no haber llegado este mensaje.

¿Es negligencia, una mala costumbre o sólo se debe a que no se dan cuenta?

Tampoco parece haber calado muy hondo la solicitud de establecer en 24 grados la temperatura, ya que en forma constante se aprecia lo que podría definirse como un despilfarro de frío.

Podrán decir que cada uno paga lo que consume, pero en este momento se pide moderación. Nada más.

Sólo se requiere moderar el frío, el tiempo de encendido de los aparatos que lo producen, cuidar que puertas y ventanas estén cerradas para que rinda la refrigeración, en definitiva: se está apelando a la conciencia ciudadana.

Y si bien no se puede subestimar la capacidad de discernimiento de la gente, no vendría mal que las autoridades de todo el arco que componen la sociedad, es decir de lo público y lo privado, dieran su ejemplo.

También de esto se necesita.