
La polémica por la instalación de las pasteras en Fray Bentos, además de la controversia por la violación serial del Estatuto del Río Uruguay y las denuncias por contaminación de esa industria, también ha despertado una airada pelea por el dragado del recurso compartido y por el Canal Martín García en el Río de la Plata.

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El gobierno de Néstor Kirchner ya instruyó a Cancillería argentina para que el dragado en el Canal Martín García y desde Nueva Palmira hasta Concepción del Uruguay no se haga bajo ningún aspecto. El argumento se sustenta en una recomendación de la Corte Internacional de Justicia de La Haya, cuando instó a ambos países a no agravar el conflicto. En esa línea, el gobierno nacional entiende que dragar el río es agravar el conflicto y desconocer una premisa básica de la resolución del Alto Tribunal de Justicia.
Sin embargo, desde el gobierno de Tabaré Vázquez, se ha tomado conciencia de que sin la profundidad necesaria para el calado de buques transoceánico, Botnia deberá sacar su producción a través del Canal Mitre ?sobre el Río de la Plata- que no sólo encarece notablemente su comercialización sino que depende exclusivamente de Argentina.
El Acta N° 35, del 6 de octubre del año pasado, que registra la versión taquigráfica de la sesión de los legisladores uruguayos reunidos en el club Nueva Unión de la localidad de Nueva Palmira es más que elocuente. Allí, en la página 37, el propio principal del puerto de Nueva Palmira, Fulbio Castro, sostuvo: ?Tenemos la decisión política tomada de que el Canal Martín García lo vamos a dragar a 36 pies, porque hay un convencimiento de que salir por (el Canal) Mitre, significa morir con el peaje argentino y morir con los argentinos?.
Es más, desde el Ministerio de Transporte y Obras Públicas del Uruguay se viene señalando que son intensas las gestiones de Botnia para que el gobierno de Tabaré Vázquez adopte la decisión de dragar ?a cómo de lugar, con o sin acuerdo de Argentina?. E incluso, la empresa finlandesa estaría dispuesta ?observando el nivel de subordinación del Estado uruguayo a sus caprichos- a financiar los 20 millones de dólares que demandan las obras de dragado.
Desde la delegación argentina ante la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU) se ha señalado que la postura del gobierno de Kirchner es más que clara: el dragado no se realizará bajo ningún aspecto y confían que Uruguay no tirará casi 200 años de relaciones para favorecer a Botnia. No obstante esa confianza, han adoptado las medidas institucionales conducentes para evitar el dragado.
Es más, desde Concepción del Uruguay se viene ejerciendo un fuerte lobby ante el gobierno de Jorge Busti, para que Entre Ríos acepte que la Nación drague la entrada al puerto de esa localidad. No obstante, en su momento, se realizó en el despacho del gobernador una reunión amplia en la que participaron dirigentes justicialistas y funcionarios políticos vinculados con la actividad portuaria de Concepción del Uruguay, además del presidente de la comisión argentina ante la CARU, Hernán Orduna.
En esa reunión, Orduna enfatizó que ?no se dragará bajo ningún aspecto porque eso sería contrariar a la recomendación de La Haya que instó a no agravar el conflicto entre ambos países?. En ese marco, el propio gobernador adhirió a la perspectiva del gobierno nacional y le bajó literalmente el pulgar a la iniciativa de dragar el río Uruguay, aunque se vea perjudicada Concepción del Uruguay. ?Hay causas superiores a los intereses particulares?, sostuvo Busti, en ese momento, para consolidar la política de Estado en la lucha por el NO a las papeleras y el SI a la vida.
# Preocupación en Uruguay
Expertos privados y públicos acordaron en un foro que Martín García debía ser profundizado para permitir la navegación marítima (no solamente fluvial).
Es que el canal Martín García sigue siendo para Uruguay una vía acuática emblemática para su sistema portuario litoraleño y para su comercio exterior.
La intención de las autoridades y de empresas como Botnia, es llevar ese Canal a 40 pies, para que pueda flotar un barco a 36 pies cargado. En un seminario organizado por el Centro de Navegación del Uruguay -a fines de mayo en el Sheraton de Montevideo- se sostuvo como tema central el dragado del Canal Martín García y su importancia para el comercio exterior del vecino país.
Los panelistas fueron el ingeniero Paul Coger (director Gerente de la empresa Riovia SA), constructora y administradora del canal, en representación de Uruguay y Argentina. Luego usó de la palabra el ingeniero Rubén Martínez Baeza (director Gerente de Corporación Navíos, empresa que con el tránsito de manganeso y granos ha desarrollado su terminal y el puerto de Nueva Palmira). Y expusieron además sobre el Canal Martín García el Capitán de Navío (R) José Eduardo Aguiñaga (director de Transporte Marítimo del MTOP y Presidente Pro Tempore de la Comisión del Acuerdo del CIH y actual delegado uruguayo ante la Comisión Administradora del Río de la Plata -CARP) y el ingeniero Guillermo Mera (vicepresidente del Centro de Navegación).
Para el capitán Aguiñaga la asimetría entre el Canal Martín García y el Mitre, estriba en que ?el dragado del Mitre toma como referencia al nivel cero del Riachuelo, mientras que el de Martín García se hace con la referencia al cero de Wharton, con el resultado de que el Mitre tiene dos pies y medio más de agua, lo cual significa cuatro mil y pico de toneladas más de carga para un buque de 245 metros de eslora por 34 de
Manga?.
La diferencia implica que hoy el Canal Mitre tiene 34 pies navegables y más de 36 dragados y el Martín García apenas alcanza los 32 pies para navegar.
Por eso, para el Uruguay, profundizar el Canal Martín García y dragar desde Nueva Palmira hasta Fray Bentos es imperativo y vital. ?A Uruguay se le va la vida en esto?, se sostuvo en el seminario realizado en Montevideo.
Para el gobierno de Argentina ?y especialmente para Cancillería- el dragado es imposible de instrumentar porque sería contrariar la recomendación de La Haya cuando instó a ambos países a no agravar el conflicto.
# El dato
La otra medida que el gobierno de Néstor Kirchner estaría analizando es la de restringir el suministro de gas natural al Uruguay.
La información se maneja en detalle en la Jefatura de Gabinete que conduce Alberto Fernández, y la idea es evaluar esa decisión una vez que Botnia inaugure. ?No dejaremos sin gas a los hogares uruguayos, pero como Argentina tiene restricciones en ese combustible, es muy probable que para cuando Botnia inaugure las empresas uruguayas tengan algunas limitaciones para el funcionamiento con esa energía?, aseveró a EL ARGENTINO una destacada fuente del gobierno nacional.
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