

Redacción EL ARGENTINO
El reconocido médico y docente apuntó contra el rector de esa casa de estudios por habilitar una cátedra de "pensamiento liberal", y subrayó que «lo que se observa es la institucionalización de una ofensiva autoritaria».
A continuación reproducimos la carta a la que accedió EL ARGENTINO.
Rector de la Universidad Autónoma de Entre Ríos motivado por el acuerdo que hizo con “La Libertad Avanza” para la creación de una Cátedra.
Señor Rector de la Universidad Autónoma de Entre Ríos (UADER)
Abogado Luciano Filipuzzi
De mi consideración:
En mi carácter de exdocente de esa casa de estudios —a la que rápidamente sentí como propia por el compromiso de sus docentes y alumnado con la educación pública— me dirijo a usted con profunda preocupación y desazón, tras conocer que, mediante un acuerdo con autoridades provinciales del partido político La Libertad Avanza, se ha habilitado en la Universidad la creación de una cátedra orientada a abordar “temáticas vinculadas al pensamiento liberal”
No desconoce usted que quienes se presentan como referentes ideológicos de La Libertad Avanza, destacados como tales por el presidente Milei, no se caracterizan precisamente por su respeto al pensamiento liberal clásico. Por el contrario, han hecho del agravio cotidiano una práctica política: promueven discursos de odio, atacan derechos largamente conquistados por mujeres y disidencias sexo-genéricas, desprecian a las personas mayores, a las personas con discapacidad, a quienes viven en situación de pobreza o exclusión, repudian los pilares de la educación pública, la ciencia, la cultura y reprimen cobardemente a personas vulneradas y vulnerables de nuestro país.
Más que una promoción del debate académico, lo que se observa es la institucionalización de una ofensiva autoritaria que remite a los peores momentos del fascismo histórico, y que nada tiene que ver con el alguna vez valorizado pensamiento ilustrado, el pluralismo democrático o el respeto por los derechos humanos y sociales.
Permitir el ingreso de estos sectores a la Universidad, no como objeto de análisis crítico sino como actores validados institucionalmente, es habilitar una peligrosa legitimación del odio, la violencia simbólica y la negación del otro.
Frente a ello, no puedo sino expresar mi más enérgico repudio a su decisión, así como la tristeza que me provoca que una universidad pública, en un contexto político tan adverso para los sectores populares y para el pensamiento emancipador, colabore con quienes declaran la guerra a la educación superior, al conocimiento libre y a la dignidad humana.
Me despido citando una frase que resuena con fuerza en la historia reciente de los pueblos:
"Con el fascismo no se debate, se lo combate."
Mg. Enrique Stola - Médico Psiquiatra
Buenos Aires, Argentina
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