La corzuela parda vuelve a los montes entrerrianos

La Reserva El Potrero, ubicada en el departamento Gualeguay, se convirtió en escenario de un hecho celebrado por ambientalistas, autoridades y comunidades rurales: el regreso de la corzuela parda (Mazama guazubira), un ciervo mediano nativo del Litoral que había desaparecido de la zona durante más de diez años. El proyecto, que comenzó a consolidarse en 2017 con la llegada de los primeros ejemplares reproductores, alcanzó una nueva etapa con la liberación de animales criados y rehabilitados en cautiverio.

El proceso no fue sencillo. La especie, declarada Monumento Natural provincial en 2018, se vio gravemente afectada por la caza furtiva, el mascotismo y la pérdida de hábitat. Los ejemplares rescatados pasaron primero por cuarentenas sanitarias y revisiones veterinarias. Luego, en un predio de 13 hectáreas de monte nativo, atravesaron un período de readaptación para recuperar habilidades como la búsqueda de alimento, el reconocimiento de depredadores y la marcación territorial.

La liberación se realizó con la metodología de “suelta blanda”, que evita el estrés de los animales: las puertas del corral se abrieron y fueron las corzuelas las que decidieron el momento de internarse nuevamente en el monte. El evento reunió a autoridades provinciales, técnicos de la Secretaría de Ambiente y representantes de organizaciones que apoyan la conservación de la biodiversidad.

La historia de este proyecto tiene nombres propios. Los primeros reproductores, llamados Memé y Chiví, marcaron un punto de partida. Con sus crías y la incorporación de nuevos ejemplares provenientes de rescates o entregas voluntarias, la población comenzó a repoblarse. También hubo aportes de instituciones como el Ecoparque de Buenos Aires, que colaboró con animales para fortalecer la diversidad genética.

La iniciativa no se limita al manejo de la especie. Incluye un plan de educación ambiental que trabaja con escuelas, organizaciones barriales y comunidades rurales. Talleres y actividades buscan sensibilizar sobre el valor de la fauna nativa y los riesgos que implican la caza y la degradación de los ecosistemas.

La corzuela parda es un animal de hábitos solitarios o en pareja, territorial y adaptado a los montes del Litoral. Su tamaño varía entre 55 y 65 centímetros de altura, con un peso que alcanza los 30 kilos. Se alimenta de hojas, frutos, hongos y brotes tiernos. Aunque no está en peligro crítico a nivel continental, en Entre Ríos su presencia había quedado reducida a registros aislados.