
La Casa Rosada intenta que la ley vuelva a Diputados, frustrando así el festejo anticipado de Silvia Lospennato, quien esperaba cerrar su campaña porteña mostrando la proscripción de Cristina Kirchner.

Redacción EL ARGENTINO
El oficialismo tantea cambios para frenar la sanción de Ficha Limpia. El gobierno explora una jugada parlamentaria para dilatar la sanción definitiva de Ficha Limpia en el Senado. Busca que algún radical o aliado proponga modificaciones durante la sesión de este miércoles, forzando así un regreso del proyecto a Diputados. El oficialismo de Javier Milei, sin embargo, niega públicamente que tenga intenciones de alterar el texto original.
En los pasillos del Congreso admiten que para avanzar con la estrategia se necesitan votos garantizados de radicales, libertarios y aliados, algo que por ahora no estaría resuelto. Bartolomé Abdala, presidente provisional del Senado, negó que La Libertad Avanza (LLA) apoye retoques: “Sostenemos el proyecto tal como lo mandó Milei en extraordinarias”.
El trasfondo es una disputa feroz entre Karina Milei y el macrismo, en la que Lospennato esperaba capitalizar el avance de la ley como un golpe político en plena campaña. Pero también aparecen acuerdos subterráneos con el kirchnerismo. Según trascendidos, fue José Mayans quien advirtió en una reunión en el despacho de Victoria Villarruel sobre el riesgo que implica habilitar al Poder Judicial para avanzar incluso sobre figuras cercanas al oficialismo, como Toto Caputo.
Durante la tarde, circuló la versión de que la sesión podría caerse, o que el gobierno no reuniría los votos necesarios, lo que alteró a dirigentes del PRO y la UCR. “Puede terminar en empate”, deslizó un referente kirchnerista.
Al mismo tiempo, en el Instituto Patria, Cristina Kirchner monitoreaba el escenario junto a sus espadas parlamentarias: Juliana Di Tullio, Oscar Parrilli y el propio Mayans. Mientras, Ezequiel Atauche, jefe del bloque libertario, bajaba con fastidio las escaleras de Balcarce 50 tras reunirse con Santiago Caputo, incómodo por tener que definir quién sería el encargado de pedir cambios en el recinto.
El oficialismo enfrenta un dilema: quiere evitar que la ley avance, pero no desea asumir el costo político de bloquearla abiertamente ni exponerse en la sesión. A última hora, un colaborador libertario admitía que ninguna opción estaba descartada: ni la modificación del proyecto ni el faltazo que rompa el quórum.
La tensión llegó al extremo cuando la amenaza de tratar la retracción del aumento de las dietas encendió los ánimos en el Senado. “¿Vos me vas a pagar el sueldo?”, lanzó un legislador a Atauche, indignado.
Mientras tanto, en el bloque PRO afirmaban que estaban listos para votar, aunque reconocían que la suerte del proyecto seguía en suspenso. “El gobierno está muy apretado, busca evitarlo sin pagar costos”, resumió un senador al tanto de las negociaciones.
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