
Su muerte, ocurrida tras ser detenido en Villa Libertador San Martín, genera conmoción. Su hermana reveló detalles sobre lo sucedido y aseguró que su hermano fue víctima de una brutal golpiza policial. Cuatro policías fueron imputados y cumplen prisión preventiva bajo arresto domiciliario.

Redacción EL ARGENTINO
“Queremos justicia por mi hermano, que no quede en la nada”, expresó Betiana en diálogo con FM Estación Plus Crespo. Según relató, Guillermo se encontraba en la plaza junto a dos amigos cuando fue abordado por efectivos policiales. “Dijeron que hacía exhibicionismo, pero sólo estaba sin remera por el calor”, explicó.
Lo que siguió fue una detención violenta. “Ahí empiezan los golpes. Supuestamente aducen que hizo resistencia a la autoridad, pero mi hermano era chiquito, petiso, flaquito. No tenía fuerza para enfrentarse a todos ellos. No tenía arma, no presentaba un riesgo, pero igual le pegaron”, denunció.
Betiana también cuestionó el accionar policial tras la detención: “Si mi hermano estaba en crisis, existe un protocolo de actuación policial en Entre Ríos. Pero en lugar de llevarlo al sanatorio, que estaba a pocas cuadras, lo tiraron atrás de la camioneta y se lo llevaron”.
El dolor de la familia se profundizó al conocer más detalles sobre las circunstancias de su muerte. “Ya estaba muerto y seguía esposado”, contó entre lágrimas.
Investigación y medidas judiciales
La Justicia de Diamante avanza con la investigación bajo la carátula de “tortura seguida de muerte”. Cuatro policías fueron imputados y cumplen prisión preventiva bajo arresto domiciliario por 15 días, mientras se sustancia la Investigación Penal Preparatoria.
El caso está a cargo de la fiscal Romina Blasich, cuya actuación genera confianza en la familia de la víctima. “Nos recibió y nos sentimos contenidos. Vemos que se está moviendo, que hace las cosas bien para que se sepa la verdad. Puso el caso en manos de Prefectura y Gendarmería para que no se ensucie nada”, destacó Betiana.
La fiscalía ordenó el secuestro de teléfonos celulares y un móvil policial, que serán sometidos a pericias. También se resguardaron registros fílmicos que podrían ser clave en la investigación.
Una familia destrozada
Guillermo tenía 38 años, una esposa y dos hijos. Había llegado a Libertador San Martín buscando tranquilidad, pero encontró la muerte.
“Era un papá presente, llevaba a sus hijos a la escuela, a su esposa al trabajo, trabajaba, cortaba el pasto, venía a visitarnos. Era bueno, alegre. Mi mamá está destrozada en Santa Fe y su familia quedó allá”, recordó su hermana.
El informe preliminar de la autopsia confirmó que la muerte fue violenta. “Nadie merece morir así, nadie”, sostuvo Betiana.
Mientras esperan la entrega del cuerpo para darle el último adiós en Santa Fe, la familia de Guillermo sigue aferrada a la esperanza de que se haga justicia. “Arruinaron una familia. Sólo nos queda esperar”, concluyó Betiana.
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