
La Policía y la Fiscalía trabajan en tratar de identificar a los asaltantes que actuaron en el Prados de La Adelina, y un hecho ocurrido una semana antes podría ser clave.

Por Carlos Riera
La modalidad no es similar porque en el primer hecho que se está investigando no había nadie en el domicilio, por lo cual no hubo mucho para denunciar más que un robo, pero no se descarta que ambos casos estén relacionados y se trate de los mismos autores.
El sábado de la semana pasada, durante el fin de semana de carnaval, al menos tres delincuentes entraron a una vivienda en el barrio cerrado Altos de Ñandubay y de manera muy prolija revisaron cada rincón de la casa sin dejar ningún rastro.
“Me juego mil veces que son los mismos que entraron a casa”, dijo la mujer damnificada, que tras conocerse el asalto sucedido entre la medianoche del jueves y el viernes en el otro barrio cerrado ubicado enfrente a su loteo, decidió contar a EL ARGENTINO lo que le había sucedido casi una semana antes.
Ocurrió alrededor de las 22.30. Se pudo confirmar que entraron caminando desde la ruta (que va al Ñandubaysal) e ingresaron por uno de los laterales del loteo inmobiliario. Luego fueron directamente a esa vivienda porque “sabían perfectamente que no había nadie”. Entraron por atrás. Abrieron la reja sin forzarla y una vez adentro revisaron cada rincón.
La damnificada contó con asombro que, por tratarse de un fin de semana lluvioso, donde todo el predio estaba repleto de barro, los delincuentes no dejaron un solo rastro dentro del domicilio. “Fueron demasiados prolijos”, comentó. Revisaron cada cajón de la casa, buscaron dinero, pero no se llevaron nada de valor.
Para la dueña de casa no hay dudas que se trata de las mismas personas que asaltaron a la mujer y a su hijo en Prados de La Adelina, porque en ese atraco no se llevaron nada de lo que había de valor en el domicilio. Sólo fueron a buscar dinero. “En mi casa no se llevaron un montón de cosas que estaban a la vista; solo plata. Y fueron impecables en la organización”, señaló.
En Prados, una de las personas que ingresó a robar con el rostro tapado con un pasamontañas, se sospecha que se trató de una mujer, debido a su contextura física, según relataron las víctimas. En Altos de Ñandubay, la damnificada relató que una de las personas que entró a su casa también era una mujer, porque muchas de las prendas que estaban en los cajones que le revisaron fueron acomodadas, por lo cual se preguntó: “¿qué ladrón te acomoda las cosas? Eso es una mujer”.
Un residente del barrio Altos de Ñandubay se quejó que desde hace tiempo la situación en el barrio cerrado es muy complicada y que desde la Municipalidad no se ha hecho nada para solucionar esos problemas, pese a los reclamos reiterados. “Hay una desidia total para con el barrio. Se queman todas las luces y no te vienen a cambiar nada si no te quejas 300 veces. Todos tuvimos que poner alarmas y cámaras de seguridad en las casas, alambre de púas en los terrenos. Los que son linderos a los campos tienen terror porque se te meten por los campos, te rompen algo y se van por el mismo lugar sin que nadie vea nada”, denunció el hombre.
También contó que “las calles son un desastre”. “Llamas a la Municipalidad y no te dan ni pelota. Tenemos más de 15 luces quemadas en el barrio, es una boca de lobo a la noche, pero te dicen que no hay presupuesto para cambiar los foquitos, pero después tienen presupuesto para acomodar el arbolito o para imprimir folletos. El presupuesto lo tienen, pero lo están distribuyendo mal. Esta todo el mundo re inseguro y tienen miedo que esto se vuelva una costumbre. Sentís desidia. No se tiene el más mínimo interés por ayudarte en nada”, agregó.
La Policía, gracias al aporte de varios vecinos de Altos de Ñandubay, ya tiene imágenes de los posibles autores del robo a la vivienda, y por estas horas se trabaja en tratar de establecer si estas personas pudieron ser las mismas que poco antes de la medianoche del jueves entraron a la vivienda de la mujer de 78 años y de su hijo de 54, en Prados de La Adelina.
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