Un padre y su hijo fueron condenados por narcomenudeo en Urdinarrain

Carlos Alberto Quinteros, un hombre de 59 años, domiciliado en Urdinarrain, conocido por su trabajo como alambrador y changarín, quedó involucrado en octubre del año pasado en una causa por narcomenudeo, luego de un procedimiento que realizó la Policía en su casa de calle Ana María de Asís y Maipú.

En ese operativo también fue detenido su hijo Carlos Valentín, de 27 años, que si bien tiene como actividad comercial la misma que su padre, quedó involucrado al comprobarse que asistía al principal imputado en el comercio de estupefacientes.

La Policía de Urdinarrain había realizado un seguimiento en la casa de los Quinteros desde septiembre del 2023 durante todo un año, y a principios de octubre del 2024 todo desembocó en un allanamiento donde se constató la actividad ilegal. En la casa de una vecina guardaba una bolsa con cebollines de cocaína y en el interior del domicilio, dentro de una boina, hallaron 60 envoltorios con el mismo tipo de droga.

Quinteros fue procesado y permaneció detenido durante un tiempo, pero el 29 de enero de este año volvió a ser detenido: esta vez en Gualeguaychú. Ese día, durante la mañana, se encontraba en la vereda de calle Rodó, casi Bolivia, vendiendo droga al menudeo. Estaba debajo de un árbol con nueve cebollines de cocaína en su poder.

Su hijo Carlos Valentín, además de quedar involucrado en el caso de narcomenudeo como cómplice secundario, siendo su rol el de asistir a su padre en la entrega de la droga a quienes iban a comprar, también tenía una causa anterior por violencia de género que le fue computada en esta oportunidad.

El joven de 27 años había sido denunciado el 6 de agosto de 2023 por su ex novia. Ese día la mujer llegó a su casa en calle Chacabuco y se encontró a Quinteros en su interior. El imputado quería retomar la relación, pero la mujer se negó y esto originó que la tomara del cuello con una mano y con la otra le ejerciera presión desde la nuca. La víctima logró escapar de esa situación y no dudó en dar a conocer el episodio.

Pero esta no fue la única vez que protagonizó esta misma situación. El 3 de enero de este año, Quinteros volvió a concurrir a la casa de su pareja, esta vez en calle Mitre en Urdinarrain, y volvió a repetir su pedido de retomar la relación, pero la respuesta fue la misma, y ante esta negativa comenzó a insultarla, a azotar objetos contra el piso, y le sustrajo el teléfono celular antes de abandonar el domicilio.

Ambos decidieron adecuarse a un procedimiento abreviado. Por el narcomenudeo, Carlos Alberto Quinteros firmó una condena efectiva de cuatro años y fue trasladado desde los Tribunales de Gualeguaychú a la Unidad Penal 9, mientras que su hijo Carlos Valentín, que había sido imputado por comercio de estupefacientes, violación de domicilio, lesiones leves agravadas por ser ejercidas contra quien mantuvo una relación de pareja y por mediar violencia de género, y amenazas coactivas en concurso real con hurto, recibió una pena de tres años de prisión de cumplimiento condicional.