Tentativa de homicidio: declaró el acusado y se fue con prisión domiciliaria

La prisión preventiva se aplica en casos donde el delito cometido es grave porque se entiende que la persona si recupera la libertad hasta el inicio del juicio podría entorpecer el avance de la investigación, ya sea hablando con testigos o incluso amedrentando a la víctima, o en el peor de los casos podría fugarse para evitar una condena. Esto se llama riesgo procesal y si se dan estas variables, el Juez de Garantías puede aplicar una medida de estas características.

Si bien una tentativa de homicidio es considerada una falta grave en el Código Penal, el monto de pena para un caso de estas características podría llegar a ser de hasta 16 años y no es motivo suficiente por sí sólo para poner a una persona en prisión preventiva. Se deberían dar esas otras variables fundadas en el riesgo procesal.

Eso es lo que sucedió con el hombre de 26 años que fue formalmente imputado de tentativa de homicidio agravado por el uso de arma de fuego. El haberse presentado espontáneamente en la madrugada del domingo en Jefatura, pocos minutos después de haberse producido el hecho, fue tenido en cuenta por el juez de Garantías, Ignacio Telenta, para descartar los 90 días de prisión preventiva solicitados por el fiscal Gil y en su lugar aplicar una medida menos gravosa por un plazo de 30 días, bajo la figura de arresto domiciliario.

En su declaración como imputado, el detenido contó que los problemas con el hombre de 33 años que resultó baleado venían de hace un largo tiempo, con varios entredichos, y que la noche del sábado la discusión fue escalando hasta el desenlace que pudo haber sido fatal.

Manifestó que el primer disparo que impacta en la ingle de la víctima fue accidental y que no tiene recuerdo de haberle disparado en la segunda ocasión al cuerpo, sino que ejecutó un disparo intimidatorio al aire que finalmente fue el que terminó alojado en el cráneo del baleado, a la altura de una de sus orejas.

Vale recordar que el hecho sucedió fuera de un domicilio en calle Gutemberg y Luciana Tack, a tres cuadras de la avenida 2 de Abril, propiedad del padre del detenido. Hasta esa vivienda concurrió la víctima a reclamar por un supuesto pago por la venta de una hidrolavadora, y cuando comenzaron las discusiones, sucedió la pelea. 

La víctima fue trasladada al Hospital Centenario con dos heridas de bala y según se informó el lunes, se encontraba fuera de peligro, en observación, alojado en una sala común, pronto a recuperar el alta. Por su parte, tras el episodio, el agresor escapó en moto junto a otra persona, y fue el propio padre el que a través de un contacto telefónico mediaba para que se entregara en la Policía, para evitar situaciones mayores. Fue así que poco después de la medianoche se entregó voluntariamente en Jefatura, con el revólver calibre 22 utilizado en la disputa.