
Diariamente realizan operativos que desbaratan las incursiones de individuos oriundos de la provincia y otros de fuera de ella, que depredan la fauna autóctona silvestre utilizando armas no autorizadas y violando la veda de caza.

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Efectivos de las brigadas de Abigeato de la Dirección de Prevención de Delitos Rurales de la Policía de Entre Ríos, día a día realizan la tarea de resguardar vidas y bienes de las personas que habitan el extenso territorio rural de la Provincia, esclarecer robos y carneadas de animales, detectar el transporte irregular de productos cárnicos o la venta clandestina y el estado de conservación de los mismos, como también perseguir y detener a delincuentes que asaltan y saquean fincas rurales.
Pero otra tarea de vital importancia que vienen realizando los uniformados que integran tanto las brigadas de Abigeato como las denominadas brigadas Móviles Terrestres o Acuáticas, es perseguir a los individuos que irrumpen en los campos ajenos provistos con armas de fuego de todo tipo (muchas de alto poder), en excursiones de caza totalmente ilegales que depredan la fauna silvestre autóctona entrerriana, hoy como nunca expuesta a un verdadero exterminio.
En ese contexto, los últimos informes oficiales indican sobre un procedimiento llevado adelante por la Brigada Abigeato de Pajonal, departamento Victoria, conjuntamente con personal de comisarías rurales de esa jurisdicción, en oportunidad de detectar intrusos en un predio campestre donde no hace mucho tiempo atrás malvivientes irrumpieron violentamente en la vivienda de un productor agropecuario para sustraerle varios elementos de su finca.
La prevención más marcada en esa zona permitió descubrir el ingreso sin autorización de varios individuos a un campo ubicado en la zona denominada "El Carrizal", donde los brigadistas interceptaron a un hombre de 45 años, a su hijo de 16 y a un joven de 22 años, todos domiciliados en Los Cardos, Santa Fe, quienes junto a un ‘baqueano’ del lugar, quienes recorrían armados el terreno.
Si bien argumentaron que andaban de cacería, al exigirles la documentación que avalara la tenencia y uso de armas, el carnet provincial de Caza y el permiso del dueño del campo, nada poseían. Por esto se les labró el acta de infracción a la Ley Provincial de Caza Nº 4841.
En campos de Nogoyá
Algo similar ocurrió en Nogoyá, donde la Brigada de ese departamento detectó cazadores furtivos en una zona campestre donde ya hubo otras detenciones por la misma causa.
Los cazadores furtivos fueron interceptados a altas horas de la noche, sobre un camino del Distrito Montoya, donde los brigadistas detuvieron la marcha de una camioneta Toyota Hilux, ocupada por cuatro hombres y una mujer, que estaban en clara acción de caza, ya que iban con armas largas, sin contar con documentación alguna de las mismas.
Tampoco estaban provistos del carné provincial que los habilita a cazar, a pesar que dicha actividad se encuentra vedada.
También en esta oportunidad los policías procedieron acorde lo estipulado en la Ley de Caza, no habiéndose decomisado piezas de animales silvestres por la prevención desarrollada por los brigadistas en esa zona donde incursionan los depredadores de la fauna silvestre.
Cazadores furtivos embarcados
Otro procedimiento fue llevado adelante por la Brigada de Abigeato de La Paz, como corolario de un trabajo de inteligencia que venía realizando desde un tiempo atrás sobre individuos autores de incursiones depredadoras contra la fauna silvestre, aunque también tenían como blanco el ganado vacuno de productores rurales.
Así fue que efectivos de la Brigada lapaceña y de la Brigada El Quebracho, realizaron un operativo “cerrojo” en terrenos del Establecimiento “Puerto Buey” -ubicado en cercanías de Santa Elena-, sobre la costa del río Paraná.
Allí observaron dos piraguas con motor fuera de borda a pocos metros de la costa, en las que navegaban tres individuos.
Con la intención de identificarlos los policías les pidieron se acercaran a la tierra firme, pero los desconocidos hicieron caso omiso y se dieron a la fuga, por lo que los policías solicitaron la colaboración de Prefectura para interceptar a los sujetos.
Esto se logró cuando estaban arribando a Santa Elena, habiendo arrojado a las aguas un arma de fuego, al verse cercados. Los aprehendidos transportaban en las embarcaciones ejemplares de jabalí, ya faenados.
Tampoco tenían documentación para la tenencia y uso de armas, ni autorización de los productores agropecuarios para ingresar a sus tierras.
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