
En medio de reclamos de "justicia" y "verdad", los restos del fiscal Alberto Nisman fueron inhumados ayer en el Cementerio Israelita de La Tablada, acompañados por familiares, amigos del fiscal, políticos, dirigentes de la comunidad judía e integrantes del Poder Judicial.

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La jueza federal de San Isidro, Sandra Arroyo Salgado, fue la encargada de dar un discurso durante el último adiós a su ex esposo, a quien destacó por "entregar todo" en la investigación por el atentado a la AMIA y aseguró: "Sabemos que esto no fue decisión tuya".
Poco después de las 9:45, el cortejo fúnebre que trasladó los restos de Nisman partió desde la casa velatoria de la calle O'Higgins al 2800 en el barrio porteño de Nuñez rumbo al cementerio, bajo un fuerte operativo de seguridad a cargo de Policía Federal.
Los presentes aplaudieron la salida del cortejo y arrojaron flores sobre el móvil que transportaba el féretro, mientras en las inmediaciones de la casa velatoria se observaban carteles y mensajes a favor del fiscal y pedidos para que se esclarezcan las circunstancias de su muerte.
El arribo al cementerio se produjo cerca de las 11.15, con una docena de motociclistas de la Policía Federal precediendo al cortejo integrado por un automóvil que transportó las coronas, otros dos con allegados del fiscal, y un tercero donde se encontraban sus restos.
Un fuerte operativo de personal de la Policía de la Provincia de Buenos Aires fue establecido a más de 200 metros de la entrada a la necrópolis, sobre la calle Montenegro, impidiendo el ingreso de personas ajenas al cortejo.
Tras una ceremonia religiosa judía de aproximadamente una hora, encabezada por el rabino Marcelo Polakoff, se procedió a la inhumación de los restos del fiscal ante unas 300 personas.
El féretro fue llevado hasta la tumba por familiares del extinto fiscal y el expresidente de la AMIA Guillermo Borger, mientras que en la ceremonia se produjo la tradicional Mejilá, por la cual los presentes perdonan y se disculpan con el fallecido, precisó la agencia Agencia Judía de Noticias (AJN).
El momento más emotivo llegó cuando la ex esposa de Nisman leyó una carta de sus dos hijas, Iara y Kala: en ella hablaban de su partida para estar "en compañía de la Bobe" (abuela en ídish), mientras la menor de ellas se comprometía a reencontrarse con su padre cuando ella muera.
Nisman fue encontrado sin vida en su departamento de la torre Le Parc en Puerto Madero el pasado domingo 18, poco antes de la reunión prevista en el Congreso de la Nación para presentar pruebas sobre la acusación contra la presidenta Cristina Kirchner por supuesto encubrimiento de ex funcionarios iraníes acusados por el atentado a la AMIA.
El velatorio se extendió durante la madrugada después de que el cuerpo de Nisman fuera sometido al "lavado ritual" en la cochería de la Asociación Mutual Israelita Argentina "de acuerdo a lo establecido por las normas judías" que profesaba.
"El pedido expreso y conjunto de la familia y de AMIA es que tanto las ceremonias del velatorio como del entierro puedan realizarse en un marco de absoluto respeto hacia su memoria, y de especial cuidado hacia la intimidad de los deudos directos", había indicado la entidad judía.
Mensajes de las hijas de Nisman. Este jueves las hijas del fiscal y la magistrada publicaron además sendos avisos fúnebres en los que destacaron su "dedicación al trabajo" y manifestaron su deseo de que pueda "estar en paz".
"Papá, nosotras, tus hijas, Iara y Kala, sólo necesitábamos de vos tu presencia y compartir buenos momentos. Hoy te despedimos sabiendo de tu dedicación al trabajo. Esperamos que ahora puedas estar en paz. Nosotras guardamos en nuestro corazón los lindos momentos vividos juntos", fueron las palabras de uno de los avisos.
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