
El asalto a la sucursal Acassuso del Banco Río, un cinematográfico golpe que incluyó una toma de rehenes simulada y la fuga a través de túneles y cañerías, conmocionó un año atrás a la opinión pública y se ganó el mote de "robo del siglo" por su minuciosa planificación, y aunque varios de sus responsables finalmente terminaron tras las rejas, una parte del millonario botín nunca fue recuperada.
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El plan perfecto, dicen, no existe, y a un año del increíble robo en el que los ladrones simularon una toma de rehenes para saquear las cajas de seguridad y llevarse 8 millones de dólares, en dinero y joyas, se aguarda ahora el juicio oral contra cinco miembros de la banda.
El robo se perpetró el pasado 13 de enero de 2006, y se extendió por espacio de ocho horas, en donde la tensión y la incertidumbre se apoderaron de 23 personas que fueron tomadas como rehenes y cientos de efectivos policiales que terminaron siendo burlados por los ladrones.
Los asaltantes ingresaron al banco disfrazados y cumplieron al pie de la letra un plan preparado con mucha antelación. Así, tomaron a los rehenes y a lo pocos minutos comenzaron a "negociar" con la policía.
Durante más de siete horas mantuvieron a toda la población expectante por lo que se vivía en el banco, transmitido en directo por la televisión. Tras robar las cajas de seguridad, los ladrones se escaparon a través de un boquete que hicieron en una pared y fugaron por los túneles de desagüe de San Isidro.
A bordo de dos gomones se llevaron 8 millones de dólares, entre dinero y joyas, producto de lo recogido en 145 de las 408 de las cajas. Luego salieron por una boca de tormenta ubicada a 10 cuadras de distancia para subirse a una camioneta estacionada -cuyo piso tenía un agujero- y se dieron a la fuga.
Cuando la policía se decidió a ingresar al banco y liberar a los 23 rehenes, la confusión invadió a todos y se pensó que entre ellos estaban los ladrones, ya que nadie más se encontraba en la sucursal. Es que para entonces la banda ya estaba muy lejos, algo que
comenzó a vislumbrarse cuando se descubrió el boquete en la pared, tapado por un mueble.
Mientras los clientes damnificados iniciaban su lucha para que el banco se hiciera cargo de los valores que les habían robado, la investigación policial se orientó a una organización compuesta por argentinos y uruguayos, que tenían este golpe planeado desde hacía tiempo.
Y como en las novelas, una mujer despechada fue la que dio la primera pista para ubicar a uno de los cabecillas de la banda, y tras él comenzaron a ser detenidos los demás.
La esposa de Rubén Alberto de la Torre, alias "Beto" de 52 años, le confesó a la policía que el hombre tenía relación con el robo, y que la había dejado por otra mujer. Luego fueron cayendo Luis Mario Vitette Sellanes, alias "Marito" o "El Uruguayo", de 50 años, quien tras el robo se fue a Uruguay y allí compró una camioneta 4x4.
Días más tarde, la policía detuvo a Sebastián Norberto García Bolster, alias "Marciano" o "El Ingeniero", de 38 años, quien fue el que ideó todo lo relacionado con la construcción del túnel. Los otros dos ladrones apresados resultaron ser José Julián Zalloechevarría, alias "El Gordo Julián", de 49 años, y Fernando Araujo, de 38.
García Bolster y Araujo son los únicos que esperan el juicio oral y público en libertad, pues fueron beneficiados con la prisión preventiva morigerada, mientras que el resto está preso.
Fuente: NA.
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