
La fuerte puja de sectores en la Justicia se incrementó en el último año y el estar más cerca o en la vereda de enfrente al kirchnerismo dividió las aguas, sumado a la avanzada de la procuradora general de la Nación, Alejandra Gils Carbó, para ocupar espacios de poder.
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Primero fue Justicia Legítima que no logró quebrar el espacio más conservador y opositor en la Justicia, y al no poder dar la pelea por fuera de las estructuras tradicionales, ese sector alineado con Gils Carbó decidió ganar espacios de poder jugando por dentro.
En Comodoro Py se anuncia una disputa abierta y fuerte de hacerse efectivas las 16 designaciones firmadas por Gils Carbó el 30 de diciembre pasado, a partir del próximo 2 de febrero con el retorno de la actividad judicial.
Eso siempre y cuando no se mantenga una medida cautelar a partir de la catarata de recursos presentados, uno de ellos de parte de la Asociación de Magistrados a raíz de la postura dominante que tiene la lista bordó, la más opositora al Gobierno.
Esas 16 designaciones significarán una fuerte impronta de Gils Carbó en un fuero sensible: donde se investiga los casos de corrupción y a funcionarios de este Gobierno, entre otros.
Tal vez, la disputa más fuerte que pueda darse a partir de ello es en la Cámara Federal, ya que ante la misma en forma exclusiva siempre estuvo el fiscal Germán Moldes, actualmente enfrentado a la Procuradora.
En ese espacio, Gils Carbó designó a dos fiscales que le responden, Miguel Palazzani y Miguel Ángel Osorio, este último el más cercano a la Procuradora y de buena llegada al gobierno nacional.
Entre los fiscales son pocos quienes intentan mantenerse al margen, es el caso de Federico Delgado, Diego Iglesias, Jorge Di Lello y Carlos Rívolo (aunque estos dos últimos tienen un canal de diálogo con la Procuración).
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